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El dossier niega la existencia de arsenales con armas de destrucción masiva en Irak

El informe Butler cree «graves» los errores de inteligencia británicos

Blair salva el tipo a pesar de las duras críticas sobre la actuación de los servicios secretos

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efe | londres

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El primer ministro británico volvía a dar ayer una demostración de que es el «Houdini» de la política británica. El informe Butler sobre la labor de los servicios de inteligencia (MI6) en la antesala de la invasión de Irak exoneraba a Blair de toda responsabilidad en la pésima gestión de la información, aunque subrayaba los errores cometidos por el MI6, al no contrastar sus fuentes de información y a veces por depender de información suministrada por «terceros». Asimismo también exoneraba al próximo jefe de los servicios de inteligencia británicos, John Scarlett. El «premier», que ha vuelto a ver una vez más el espectro de la dimisión, tuvo el aguante para defender ante el país la acción militar en Irak. Blair tuvo que recurrir a un argumento tan poco político como la «buena fe» para defender su implicación en los graves errores cometidos por los servicios de inteligenciar. «Nadie mintió, nadie se inventó información, nadie introdujo datos en el dossier en contra del consejo de los servicios de inteligencia», indicó Blair. El informe concluye que no existía una base para afirmar que Sadan Husein podía preparar un ataque con armas de destrucción masiva en 45 minutos y que parte de la información utilizada por Londres para invadir Irak, por ejemplo que había producido recientemente agentes biológicos, fue obtenida a través de fuentes iraquíes, lo cual es calificado en el informe Butler como de «poco fiable». Blair aceptó la plena responsabilidad por los errores destacados por el informe. Sin embargo en una comparecencia ante los parlamentarios, Blair añadió a su «mea culpa» que «honestamente no puedo creer que librarse de Husein fuera un error, la región, el mundo es un lugar más seguro sin él.» Presentación del informe Al presentar ayer en rueda de prensa el documento, de 196 páginas, lord Robin Butler de Brockwell hizo una amplia exposición sobre la forma en que se recopiló, evaluó y utilizó la información secreta para justificar la guerra de Irak del año pasado. El autor del texto criticó el estilo de Gobierno de Blair por no fomentar el debate, pero dejó claro que no hubo un intento deliberado de primer ministro de engañar al público. La investigación de Butler, que llevó cinco meses, concluyó que los datos de inteligencia disponibles en el momento de considerarse una medida militar contra Irak «no eran suficientemente sólidos» para afirmar que Bagdad había violado las resoluciones de la ONU.