La revuelta palestina crece en Gaza en medio del caos político

Arafat intensificó ayer los contactos con Ahmed Qurea (Abu Alá), quien el sábado presentó su dimisión como primer ministro, para intentar evitar que la actual crisis -la más grave desde la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en 1994- se convierta en una revuelta interna. Mientras Arafat afronta una contestación interna sin precedentes, que no ha logrado contener pese a anunciar una reforma, de los servicios de seguridad, en la franja de Gaza se sucedieron las manifestaciones y algún que otro hecho violento como reacción al nombramiento como máximo jefe de la policía en la franja de Musa Arafat, un sobrino del rais acusado dentro de su partido de corrupto. El general Musa anunció que no tiene ninguna intención de dejar el cargo. El sábado, la policía que manda Musa tomó la sede de la radio y la televisión palestinas en Gaza y un gran número de puestos de la policía en toda la franja. Sin embargo, las protestas continuaron ayer sin que las fuerzas de seguridad llegaran a intervenir. Unos 3.000 palestinos se manifestaron contra el nombramiento de Musa Arafat y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa incendiaron la sede del servicio de Inteligencia en Yan Yunés y pusieron en libertad a los detenidos allí encarcelados. «Ya no es una vaca sagrada» Arafat, ha dejado de ser «una vaca sagrada» para los palestinos, declaró el viceministro palestino de Asuntos Civiles y miembro de Al Fatah, Sofian Abu Zaida, a la radio militar israelí. «La gente está hasta las narices de la situación», afirmó. «El respeto a Yaser Arafat en tanto que símbolo de la lucha palestina permanece y sigue siendo sagrado. Lo que ya no lo es tanto es su forma de administrar», declaró, en lengua hebrea, Abu Zaida. «Estoy seguro de una cosa. La manera en que gobierna no continuará», añadió. Se refería a los desórdenes y a la oleada de secuestros sin precedentes.