«El nuevo puente viejo» de Mostar

El río Neretva ha dejado de dividir Mostar, medio centenar de personalidades asistieron ayer a la inauguración del nuevo puente de esta atribulada ciudad que durante la guerra civil de Bosnia y Herzegovina vivió un infierno que dejó unas secuelas que aún permanecen más que evidentes en sus calles. Entre los asistentes, protegidos por un despliege de más de 1.700 policías bosnios, se encontraba el comisario europeo de Asuntos Exteriores, Chris Patten, quien abogó por que Bosnia atraviese «el otro puente hacia Europa». «La Unión Europea no puede eludir su parte de culpa» por lo que sucedió en Europa, «teníamos que haber hecho más y más pronto», afirmó Patten desde lo alto del puente durante la ceremonia de inauguración en la que participaron entre otros el presidente de Bosnia-Herzegovina, Suleiman Tihic, el príncipe heredero de la Corona británica, Carlos de Inglaterra, y el director de la Unesco, Koichiro Matsuura. Esta vía de unión entre la orilla musulmana y la croata católica de Mostar no pudo resistir en noviembre de 1993 los bombardeos de las fuerzas croatas y cayó sobre el río, a pesar de los llamamientos que había hecho la comunidad internacional para que no fuera destruido. Los trabajos de reconstrucción, que se han prolongado durante dos años, han sido financiados por la Unión Europea, el Banco Mundial, la Unesco y los Gobiernos de varios países, como Turquía y Croacia. Aunque se trata de una réplica casi perfecta, el color de la piedra denota su juventud y los habitantes locales ya lo llaman «el nuevo puente viejo».