Rebeldes ugandeses abren un nuevo frente en el sur

Los líderes de dos de los más importantes grupos rebeldes que actúan en la castigada región de Darfur (oeste de Su-dán) acordaron el viernes por la noche negociar una solución al conflicto que desde febrero del 2003 ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo actual, según informó un por-tavoz de Naciones Unidas. El acuerdo se produce tras un día de conversaciones en Ginebra con funcionarios de la Unión Africana (UA) y la ONU y en las que ha participado Mohamed Sahnoun, consejero especial sobre África del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Estos funcionarios discutirá ahora con el Gobierno sudanés cuándo y dónde se llevarán a cabo las negociaciones entre Jartum y los líderes del Movi-miento para la Liberación del Pueblo Sudanés (mlps) y el Movimiento para la Justicia y la Igualdad (MJI). Mientras, el presidente suda-nés, Omar al Bechir, aseguró al término de la oración semanal del viernes que «el verdadero objetivo de la campaña inter-nacional contra Sudán no es denunciar la situación en la región agitada del Darfur, sino frenar la progresión del Islam en el país», según informó ayer el diario progubernamental Al Anbaa . Bechir, subió al poder después de un golpe de Estado que dieron los islamistas en 1989. Aldeas arrasadas Si la zona más conflictiva es la del oeste del país, el conflicto ha alcanzado también a la parte sur de Sudán. Allí, rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor asesinaron esta semana a unas 40 personas, entre ellas siete miembros del Ejército Popular de Liberación de Sudán (spla), en varios ataques contra aldeas, según afirmaron un responsable de la iglesia anglicana y fuentes del propio spla. El balance total de muertos en Darfur podría haber llegado ya a las 50.000 personas, indicó hoy en Nueva York el secretario general adjunto de la ONU en cuestiones humanitarias, Jan Egeland. «No tenemos una cifra precisa pero sobre una población de alrededor de un millón de personas (desplazadas) se puede situar en entre 30.000 y 50.000» muertos, declaró. Alrededor de 1,2 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares en esta región.