El primer ministro belga, Verhofstat, confirma que el siniestro en la planta fue accidental
La explosión de un gasoducto mata a 15 personas y hiere a 120 en Bélgica
La mayoría de los fallecidos son policías y bomberos que se encontraban vigilando la zona
Fue el primer ministro belga, Guy Verhofstat, el encargado ayer de ofrecer el balance de la explosión de un gasoducto en la localidad de Ath, al sur del país, que cifró en 15 muertos, 120 heridos, de los cuales 12 han sido evacuados a Francia, y tres desaparecidos. En una breve declaración al término de una reunión de crisis de su Gobierno, Verhofstadt decretó un día de luto oficial en Bélgica, aunque sin fijar la fecha. El primer ministro interrumpió ayer sus vacaciones en Italia para ocuparse de la gestión del accidente, acompañado de los ministros de Sanidad, Interior y Defensa. También el rey Alberto II regresó de sus vacaciones ante la magnitud de la explosión. Verhofstadt confirmó que la explosión de gas fue un «accidente». Asimismo, indicó que la mayoría de fallecidos son bomberos y policías que acudieron al lugar del siniestro tras la advertencia de una posible fuga de gas. La televisión RTL informó de que cinco bomberos de Ath se encuentran entre los muertos. «El balance es enorme entre los bomberos y policías muertos», aseguró en rueda de prensa en el Ayuntamiento de Ath tras una reunión de urgencia con varios ministros y los responsables de la Policía y la Protección Civil que siguen el caso. El primer ministro belga destacó la ayuda ofrecida por Francia, Alemania y Países Bajos tras la catástrofe, sobre todo la movilización que se llevó a cabo desde el norte de Francia. Además, dejó claro a la población de la zona afectada que las emanaciones no han sido tóxicas, por lo que no hay riesgos para la salud de las personas. Entre los fallecidos, se cree que figuran al menos tres bomberos de los que acudieron al conocer que había un fuerte olor a gas, así como un agente de la compañía Electrabel que se desplazó con dos compañeros, ambos heridos, tras serle comunicada la fuga, según señala esta empresa en un comunicado. Una vez que los bomberos controlaron las llamas, que alcanzaron más de un centenar de metros, se puso en marcha un dispositivo de vigilancia para controlar que no se produzcan nuevos escapes que puedan perjudicar a la población colindante. Verhofstadt anunció que el Gobierno belga ha decretado una jornada de duelo nacional el día que se proceda al entierro de los fallecidos por la deflagración, las banderas del país ondearán a media hasta.