Adiós Bagdad, adiós

?rak, y en especial Bagdad, está sufriendo una auténtica fuga de cerebros apenas un mes después de que se produjera la entrega de soberanía al pueblo iraquí, en la que no abundaron las escenas de entusiasmo. Ni alegría ni confianza en la nueva situación del país. Por eso, médicos, abogados, jueces, profesores, científicos y hombres de negocios buscan trabajos mejor pagados y más seguros en los países vecinos. Muchos doctores han salido ya con o sin sus familias después de haber sufrido secuestros y amenazas en los últimos meses, según indican los trabajadores de la sanidad. La situación es tan alarmante que el ministro de Salud, Aladin Alwan, puso el asunto sobre la mesa en una reciente entrevista con la agencia de noticias de Naciones Unidas, pero consideró que aún no se ha ido suficiente personal para que se noten fallos en el sistema. Trescientos al día El director policial de la oficina de pasaportes de Karkh, en el centro de Bagdad, indicó que es habitual recibir peticiones de ingenieros, profesores, hombres de negocios y jueces que aspiran a encontrar una forma de vida mejor lejos de su país. Hussein considera que las bombas y los ataques a dependencias gubernamentales, oficinas y comisarías han desatado el miedo entre estos grupos, necesitados de cierta estabilidad para realizar su trabajo. Cerca del 15% de los 300 pasaportes que, de media, se emiten al día en el país corresponde a profesionales bien formados, lo que supone la fuga de casi medio centenar de trabajadores cualificados al día. Además, los agentes encargados de expedir los pasaportes advierten de que mucha gente está huyendo en busca de trabajo sin desvelar su profesión. Y es que con Sadam, los médicos, por ejemplo, tenían prohibido salir del país. Y los pasaportes no estaban al alcance de cualquiera.