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Jartum inicia una ofensiva diplomática junto con Egipto con el fin de recaudar fondos de ayuda

Sudán rectifica y acata la resolución de la ONU para evitar sanciones

El embajador en las Naciones Unidas acusa a EE.?UU. de manipular al Consejo de Seguridad

Dos niños juegan a las afueras del campo de refugiados

Publicado por
agencias | jartum
León

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El Gobierno de Jartum se mostró ayer dispuesto a acatar a la resolución de la ONU que le concede un plazo de 30 días para restituir la seguridad en la región de Darfur, retractándose del rechazo inicial. «Sudán no está contento con la resolución, pero la cumpliremos lo mejor que podamos», dijo en una rueda de prensa en Etiopía, Osman al Said, embajador sudanés en la Unión Africana (UA). «Sudán acepta la decisión del Consejo de Seguridad, porque es miembro de las Naciones Unidas y no tiene otras opcio-nes. No va a hacer como Israel, que no respeta las resolucio-nes», añadió Al Said. Mediación egipcia Al mismo tiempo, el Gobierno anunció una campaña diplomática con ayuda de Egipto para evitar la imposición de sanciones, tras una reunión entre el ministro de Exteriores, Mustafa Ozman Ismail, y su homólogo egipcio, Ahmed Abul Gheit. «Trabajaremos juntos para convencer a la comunidad internacional de que Sudán es capaz de afrontar la situación y que necesita ayuda y no sanciones», dijo Abul Gheit en Jartum, a donde llegó en una visita no anunciada con un mensaje del presidente egip-cio, Hosni Mubarak, al sudanés, Omar al Bashir. En un primer momento, el embajador ante la ONU, Elfaith Mohamed Ahmed Erwa, anunció el rechazo de la resolución y acusó a EE. UU. de manipular el Consejo de Seguridad. Al Said dijo que el interés de Washing-ton con Darfur tiene más que ver con la obtención del voto negro en las presidenciales que con el bienestar de la gente. Denunció también que la crisis es el «caballo de Troya» de la «agenda oculta» de algunos países occidentales hambrientos de recursos naturales. La mayoría de los contratos petroleros en Sudán están concedidos a China, país que, junto con Pakistán, se abstuvieron en la votación de la resolución. Los «yanyauid» son responsables de la muerte de al menos 50.000 personas, así como del desplazamiento de 1,3 millones de sudaneses, 300.000 de los cuales están ahora en campos de refugiados.