Varios testigos de los abusos en Irak definen la prisión como un «infierno»

Los soldados estadounidenses que testificaron ayer en las audiencias que se celebran sobre el escándalo de los abusos a prisioneros iraquíes definieron la cárcel de Abu Ghraib como un «infierno» donde se violaban todas las reglas. Uno de los llamados a testificar en Fort Bragg, el sargento Hydrue Joyner, explicó que la cárcel en la que se detectaron los abusos y torturas cometidos por efectivos estadounidenses era un lugar peligroso que carecía de las prestaciones más básicas. «Todo el sistema de la prisión estaba corrupto», aseguró Joyner. Otro de los testigos, el sargento Joseph Darby, declaró que fueron razones morales las que le llevaron a destapar el escándalo y entregar, en una carta anónima a las autoridades militares, los discos de computadora con las fotografías en las que se podían ver claramente los abusos. Fue una decisión meditada, dijo, porque las personas que salían en las polémicas fotos, entre ellas la soldado England, eran «mis amigos», añadió. Según su testimonio, el novio de la soldado que está siendo investigada, el sargento Charles Graner, fue quien le envió las fotografías. England afronta 13 cargos que incluyen el abuso de detenidos. Si es sometida a juicio y declarada culpable, podría ser condenada a 38 años en prisión.