Diario de León
Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ ARRIBAS
León

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ES CURIOSO el prudente silencio que están manteniendo los dirigentes norteamericanos sobre lo que está ocurriendo en Nayaf. Sólo Bush llegó a decir que se trataba de una operación más y que sus soldados no permanecerán ni un día más de lo necesario en Irak. La Casa Blanca ha cedido todo el protagonismo de la resolución de la crisis al Gobierno del primer ministro Iyad Alaui. Se trata de dar la impresión de que es un asunto interno entre los iraquíes y de que los marines sólo actúan de acuerdo a los mandatos del Ejecutivo de Bagdad, en virtud de lo establecido por la resolución de la ONU que respaldó el traspaso del poder a los iraquíes y la presencia militar extranjera. Las escasas declaraciones de los habituales portavoces norteamericanos llaman la atención frente a otras situaciones donde el control de la información ha sido férrea y estricta, de acuerdo a los intereses militares, por un lado, y a los políticos, por otro. En la ofensiva final contra la rebelión del clérigo chií Moqtada Al Sáder, la información se facilita a través de los canales establecidos por un Ejecutivo local que no puede evitar la división interna. Miles de personas han salido a las calles de varias ciudades del país para protestar por la intervención militar en la ciudad santa de Nayaf, pero la movilización no ha registrado la participación que se esperaba. La división del chiísmo es un hecho y, a pesar de la ocupación extranjera, la mayoría no está de acuerdo con la violencia de los miliciano de Sáder. El nuevo Gobierno de Alaui se juega su credibilidad, autoridad y futuro.Bush comprueba que el avispero iraquí donde pretendía instaurar una democracia en libertad sigue convirtiéndose en una ratonera donde la utilización de la fuerza es el lenguaje habitual. Esta situación perjudica enormemente a Bush, pero también le complica la campaña al candidato demócrata, John Kerry. No es fácil dar una solución a un conflicto que puede derivar en un enfrentamiento civil, la desmembración del país y una inestabilidad general de consecuencias impredecibles. Una sí. El precio del petróleo puede dispararse sin control.

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