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Un ortavoz político de los rebeldes confiesa que el desarme de la milicia era el principal obstáculo en las negociaciones

El Gobierno iraquí rompe con Al Sáder y EE.UU. se lanza de nuevo sobre Nayaf

El clérigo radical reaparece para arengar a sus tropas y mostrar que está vivo

Al Sáder, con una mano vendada, se dirige a sus tropas desde un lugar sin identificar de Nayaf

Publicado por
Miguel A. Rovira - rabat
León

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El Gobierno interino iraquí amenazó ayer con reanudar los ataques contra la milicia leal al clérigo radical chií, Muqtada Al Sáder, después de que fracasaran las negociaciones encaminadas a resolver de forma pacífica el conflicto de Nayaf. Las negociaciones comenzaron el pasado jueves, casi en paralelo a la contundente ofensiva lanzada por las fuerzas de EE.?UU. para acabar con los principales reductos de la milicia chií en la ciudad santa. «El Gobierno interino reanuda las operaciones militares de retirada de obstáculos para restablecer la ley y el orden en la ciudad santa», dijo el jefe negociador del Gobierno y consejero de seguridad nacional, Mowafaq Al Rubai. Inmediatamente después, las tropas de Estados Unidos se lanzaron de nuevo sobre la ciudad. La reanudación de los combates en Nayaf podría alentar a los milicianos chiíes que durante los últimos días han atacado a la Policía iraquí y a la Fuerza Multinacional en la región del sur de Irak. Lo que es seguro es que ha enfurecido a los seguidores del clérigo radical. Varios miles iraquíes partidarios del clérigo se encuentran a las puertas de Nayaf desde que la víspera efectuó un llamamiento en el que los instó a «marchar» sobre la ciudad santa. «Nuestro objetivo evitar un derrame de sangre, preservar la seguridad y que las milicias depongan sus armas», señaló Al Rubai al anunciar la ruptura de las negociaciones. Al Sáder, que ayer reapareció para demostrar que está vivo y que sólo ha sufrido heridas de metralla en una mano (que lleva vendada) exigió la retirada de las fuerzas de EE.?UU. de Nayaf, la puesta en libertad de los milicianos detenidos y una amnistía para todos ellos, además de la autorización para portar armas, y el reconocimiento del Ejército de Mahdhi como un movimiento ideológico con derecho a participar en el proceso político. Misión imposible En su comparecencia, Al Rubai dijo que durante sus tres jornadas en Nayaf no logró ver ni entrevistarse con Al Sáder, quien permanece desde el pasado domingo atrincherado en la venerada mezquita del imán Ali Ben Taleb, protegido por cerca de 800 milicianos. Ahmed Al Shibani, portavoz político de Al Sáder, indicó que la insistencia con la que el Gobierno exigía que el desarme de la milicia era el principal obstáculo en las negociaciones. El bando del clérigo culpó del fracaso al Gobierno, al que acusó de poner fin a las negociaciones de forma repentina, y cuando Sáder había firmado el borrador del documento sobre el acuerdo entre las dos partes.