Diario de León

Mil trescientos delegados constituyen en Bagdad el embrión del futuro Parlamento y el órgano para celebrar elecciones

La vuelta al combate en Nayaf empaña el primer paso de la democracia en Irak

Los chiíes imponen a la Conferencia Nacional iraquí otra mediación con Al Sáder y sus fieles

Un soldado americano registra a un niño en una operación en Bagdad

Un soldado americano registra a un niño en una operación en Bagdad

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Miguel F. Rovira - bagdad
León

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Las fuerzas de Estados Unidos y milicianos chiíes reanudaron ayer los enfrentamientos en Nayaf poco después de inaugurase en Bagdad la Conferencia Nacional encargada de elegir una asamblea consultiva que será el embrión del nuevo Parlamento. Los carros de combate y los vehículos blindados regresaron a las calles del centro de Nayaf mientras que en el cementerio de Al Salaam resurgieron los milicianos armados con fusiles y lanzagranadas. El foco de los enfrentamientos fue el enorme cementerio situado al sur de la ciudad santa, aunque al menos un proyectil disparado por un tanque estadounidense impactó a pocos metros del muro que rodea la venerada mezquita del imán Ali Ben Taleb, en el corazón del casco antiguo de Nayaf. «La mezquita no ha sido alcanzada», confirmó Ahmed Al Shibani, portavoz político del clérigo radical chií Muqtada Al Sáder, al que obedecen los milicianos de Nayaf y los varios miles de seguidores que están repartidos por la región del sur de Irak. Un respeto a la santidad En Bagdad, el Gobierno interino afirmó en un comunicado haber dado a las fuerzas de seguridad iraquíes y a las tropas de Estados Unidos la orden de «no atacar y de respetar la santidad» de la mezquita en la que el clérigo rebelde permanece atrincherado y protegido por unos 800 milicianos armados. A pesar de las esporádicas explosiones y tiroteos en la zona del cementerio, cerca de 10.000 seguidores del clérigo, la mayor parte llegados desde el arrabal bagdadí de Al Sadr, continuaban acampados en el extrarradio de Nayaf a la espera de acontecimientos. Entre los concentrados en la periferia, según dijeron testigos oculares, se ocultaban miembros de la milicia, que unas horas antes del regreso de las tropas norteamericanas patrullaba el casco antiguo de la ciudad. La policía ordenó a los periodistas iraquíes y extranjeros, la mayoría árabes, abandonar Nayaf y amenazó con detener a los que incumplieran la orden. El conflicto armado en la ciudad santa de los chiíes dominó la jornada inaugural de la Conferencia Nacional, que congregó a 1.300 delegados de las 18 provincias, tribus, grupos religiosos y partidos políticos. Estos delegados tienen la misión de elegir a 81 de los cien iraquíes que constituirán del órgano legislativo que en teoría, tendrá poder para elaborar leyes, aprobar el presupuesto del Estado, y vetar al Ejecutivo. Además, supervisará la preparación de las elecciones generales previstas para enero del 2005. La fuerza del clérigo Tras los discursos de apertura pronunciados por el presidente interino, Ghazi Al Yawar, el primer ministro interino, el Consejo Político Chií amenazó con boicotear la conferencia y exigió la reanudación de las negociaciones con Muqtada Al Sáder. En respuesta a la protesta del grupo chií, el presidente de la conferencia, Fuad Massum, aceptó crear una comisión formada por 30 miembros, cuya misión consistirá en mediar entre el Gobierno interino y la milicia del clérigo radical. «Le daremos la bienvenida si decide incorporarse al proceso político, pero hay dos condiciones que antes deberán darse: el desarme de la milicia y su salida de la mezquita y de Nayaf», apuntó el ministro de Estado, Walli Abdulaziz, en una conferencia de prensa que dio en Bagdad.

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