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El primer paso hacia la democracia del país se ve empañado por la violencia que se vive en el sur

La Conferencia Nacional iraquí pide al clérigo radical Al Sadr que se rinda El presidente de Irak baraja el asalto a la sagrada mezquita de Nayaf

El líder chií instó a todos sus seguidores a retirarse de la reunión, a través de una radio local

Los delegados de los distintos grupos y etnias de Irak se reúnen por segundo día en Bagdad

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La Conferencia Nacional iraquí, primer experimento democrático del nuevo Irak, entró ayer en su segunda jornada en medio de protestas, el llamamiento al clérigo radical chií Muqtada Al Sadr para que abandone la lucha, y el secuestro de otro periodista al sur de Irak. Los delegados de algunos de los grupos suníes que aceptaron la invitación del Gobierno interino para participar en la conferencia, se quejan de lo que califican de «desequilibrio de fuerzas», por lo que amenazan con retirarse de la reunión. «Es intolerable, hay un gran desequilibrio de fuerzas, los suníes no estamos representados al nivel que nos tocaría, vamos a abandonar la conferencia si nuestras demandas no son escuchadas», dijo Abdul Al Hamid, portavoz de la representación del Partido Islámico Iraquí, uno de los que cuentan con mayor respaldo entre las comunidad suní. Casi al mismo tiempo, vehículos militares estadounidenses cercaron la representación en Bagdad de la Asociación de Ulemas, la más alta autoridad religiosa suní y a la que el Gobierno interino vincula con los insurgentes. Piden la retirada de Muqtada En medio del guirigay en el que se ha convertido la cita, la Conferencia Nacional hizo, pese a la oposición de casi un centenar de delegados, un llamamiento al clérigo rebelde para que abandone con sus milicianos la venerada mezquita del imán Ali Ben Taleb, en la ciudad de Nayaf. «Exigimos que Muqtada Al Sadr se retire del santuario pues no es de su propiedad», manifestó el clérigo Hussein Al Sadr, pariente del insurrecto durante su intervención en la tribuna de oradores. Hussein anunció que la Conferencia Nacional enviará una delegación a Nayaf para convencer al clérigo de que abandone el mausoleo con sus milicianos. Para este propósito le sería entregado un documento por el cual el Gobierno interino del primer ministro Iyad Alaui, garantiza que no será detenido si depone su actitud. «Todos los integrantes de la misión van a ser seleccionados entre los delegados que participan en las conferencia», dijo a Hussein, uno de los copresidentes de la reunión. El clérigo chií contesta A primeras horas de la mañana y por medio de la radio local Al Salam, el clérigo de Nayaf instó a los grupos y partidos chiíes a retirarse de la conferencia, cuya celebración fue acordada por la extinta administración encabezada por Estados Unidos. Y a la que el líder radicla chií no reconoce autoridad ninguna. El presidente interino de Irak, Gazi Ayil al Yauar, no descarta la posibilidad de que la policía iraquí asalte la sagrada mezquita de Nayaf para capturar o matar al clérigo chií rebelde Muqtada al Sadr, refugiado bajo su cúpula dorada. «Todos las opciones son posibles. No se puede desechar esa eventualidad», resaltó Al Yauar en una entrevista concedida al canal de televisión por satélite libanés LBC . El presidente iraquí, suní de confesión, echó mano de la historia para justificar un posible asalto que a los ojos de los más de 120 millones de chiíes que hay en el mundo, y muchos suníes, sería un sacrilegio. Al Yauar recordó los sangrientos acontecimientos de 1979, cuando un grupo de fanáticos islamistas irrumpieron en la mezquita de Haram, en la ciudad santa saudí de La Meca, que alberga la piedra negra, el objeto más venerado por todos los musulmanes del mundo. «En esa ocasión, las fuerzas saudíes se vieron obligadas a asaltar el templo y asesinar a quienes estaban dentro», rememoró el presidente, primer alto cargo iraquí que sugiere la posibilidad de matar a Al Sadr. La vía pacífica Al Yauar enumeró, además, una serie de condiciones que exige su Gobierno para acabar, por la vía pacífica, con la insurrección del joven clérigo, que desde hace catorce días tiene en jeque a las tropas estadounidenses y al Gobierno interino. «Tiene que aceptar que se desarme a su milicia, abolir los tribunales especiales que ha formado y cerrar las cárceles que ha abierto, y sumarse al proceso político», resaltó el dirigente. Sin embargo, Al Yauar se quejó de que ha sido apartado de las negociaciones con Al Sadr, de las que dijo no estar informado del motivo de su fracaso, y responsabilizó de ello y de la crisis al primer ministro interino, el también chií Iyad Alawi. Un nuevo secuestro A la crisis abierta por el clérigo Al Sadr se suma la de los secuestros que se incremento con un nuevo rehén ayer, cuando un periodista francés fue raptado por un grupo islámista, aún sin identificar. El periodista de origen francés pero con pasaporte estadounidense secuestrado en la ciudad meridional iraquí de Nasiriya trabajaba para una empresa dedicada a proteger lugares históricos de Irak, informó ayer el Gobernador de la provincia, Adnan al-Shuraify.

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