Al Sáder acepta por escrito la propuesta de paz de la Conferencia Nacional iraquí

El jefe radical chií Moqtada Al Sáder aceptó las condiciones de Bagdad sobre el desarme y la retirada de su milicia rebelde de Nayaf, después de que el Gobierno iraquí amenazara a su grupo con una ofensiva de gran alcance si no se rendía. «Hemos recibido la aceptación de Moqtada Al Sáder de las condiciones impuestas por la Conferencia» Nacional, anunció ayer Safia al-Suhair, una de las organizadoras de la Conferencia y esposa del ministro de Derechos Humanos. Suhair llamó a la tribuna a Jalil al Chamari, portavoz de Al Sáder en Bagdad, quien declaró estar en posesión de la «carta de aceptación de Al Sáder de los tres puntos planteados por la Conferencia», reunida en Bagdad desde el domingo para impulsar el proceso democrático en Irak. Amenazas La Conferencia Nacional exigió en una resolución votada el lunes la «retirada del Ejército del Mehdi (milicia de Sáder) del mausoleo» del imán Alí, «la deposición de las armas» y «la transformación de la milicia en partido político». Poco antes del discurso de Suhair, el Gobierno iraquí, a través de su ministro de Defensa, Hazem Chaalan, advirtió de que las Fuerzas de Seguridad iraquíes llevarían a cabo un ataque inminente contra los milicianos de Sáder atrincherados en Nayaf. «Estamos haciendo los últimos preparativos militares y las próximas horas serán decisivas. Vamos a enseñarles una lección que no olvidarán jamás», anunció el ministro a los periodistas en esa localidad del centro de Irak. El Gobierno estadounidense descartó el martes que sus tropas fueran a participar en el ataque al mausoleo, lugar santo para los chiíes de todo el mundo. Un portavoz de Al Sáder afirmó anteriormente que estaba sorprendido por las amenazas del ministro de Defensa porque, según él, el jefe rebelde había dado «su total acuerdo a la iniciativa» de la delegación para Nayaf. Enfrentamientos Mientras, por la mañana se reanudaron los combates en Nayaf, donde desde el 5 de agosto se registran violentos enfrentamientos entre milicianos chiíes y las fuerzas estadounidenses que apoyan a las iraquíes. Los enfrentamientos siguen formando parte del orden del día en Irak, y dejan, como siempre, un rosario de víctimas civiles. Así, cinco estudiantes murieron al ser alcanzados por los disparos defensivos de un convoy militar estadounidense que acababa de ser atacado en una carretera cerca de Kut (centro-este), y otras cinco personas fallecieron al caer un obús de mortero en un mercado de Mosul (norte). Un militar estadounidense murió en un ataque en el barrio chií de Sáder City, bastión de los milicianos en Bagdad, y otro falleció la víspera en la provincia de Al Anbar, al oeste de la capital, anunció el Ejército. Por otra parte, una decena de obuses de mortero cayeron sobre una base militar polaca en Babilonia (centro-sur), causando siete heridos leves y cuantiosos daños materiales en los edificios.