El comisario italiano de Justicia de la UE aboga por poner en contacto a inmigrantes y empresarios
El comisario de Justicia, Libertad y Seguridad de la UE, el italiano Rocco Buttiglione, abogó ayer por una futura abolición de las cuotas de entrada legal de inmigrantes en su país y, en cambio, favorecer el contacto directo entre éstos y los empresarios interesados en la contratación de extranjeros. En declaraciones a la radio estatal italiana, Buttiglione dijo que «las cuotas no deben ser suprimidas mañana, pero sí hay que abrir una reflexión sobre la posibilidad de poner en contacto a los empresarios con trabajadores de otros países de fuera de la Unión, de modo que decidan qué puestos de trabajo están disponibles». El político democristiano hizo hincapié en que para hacer frente al fenómeno de la inmigración ilegal es necesaria una política conjunta de la Unión Europea. Agregó que no es posible «razonar sólo en términos de cómo defenderse, sino que hay que introducir conceptos como el de desarrollo. Aparte de ser un problema de política migratoria también lo es de política exterior». Expresó algunas reticencias acerca de la ley en vigor en Italia, elaborada conjuntamente por el viceprimer ministro Gianfranco Fini y el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aunque puntualizó que por el momento no plantea una modificación, porque «hay que ver cómo funciona». Nueva llegada de inmigrantes Las declaraciones del ministro de Justicia, Libertad y Seguridad de la UE se producen el mismo día en que más de un centenar de emigrantes clandestinos desembarcaron por la madrugada en Lampedusa a bordo de una embarcación a la que no se dejó atracar en la pequeña isla siciliana, informaron fuentes portuarias. Los 114 inmigrantes, que afirmaron ser de nacionalidad palestina, fueron interceptados por la Guadia italiana de Finanzas cuando descendían del barco. El grupo, formado únicamente por hombres, fue internado en el centro de primera acogida de la isla para eventuales asistencias médicas y para ser fichados, a la espera de una transferencia hacia otros centros de retención temporal de Italia. A pesar de los riesgos, numerosos emigrantes continúan embarcando en las costas africanas para alcanzar Italia, declarando ser de una falsa nacionalidad con la esperanza de poder presentar una demanda de asilo y permanecer en el territorio. Además de los dramas que tienen lugar, destacando la muerte de 28 clandestinos en el mar, la situación es una de las prioridades para el Gobierno italiano, atenazado entre el imperativo humanitario y las exigencias de la seguridad del territorio.