Blair rechaza la petición de Bush de recoger la medalla del Congreso antes de las elecciones
El primer ministro británico, Tony Blair, ha rechazado la petición del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que viaje a Estados Unidos para recibir la medalla que le concedió el Congreso en 2003 por su apoyo a la guerra de Irak. Según afirma el tabloide británico Sunday Mirror , Bush sabe que Blair es un personaje muy popular en Estados Unidos y que una ceremonia de este tipo podría darle un apoyo mayor en las elecciones presidenciales de noviembre. Por este motivo, está presionando a Blair para que recoja antes de las elecciones la medalla del Congreso, concedida por su apoyo a Estados Unidos en Irak y Afganistán. El diario británico asegura que los colaboradores de Tony Blair le han pedido que perciba las intenciones republicanas, encaminadas a impedir la llegada al poder del demócrata John Kerry. Una fuente gubernamental británica afirmó: «Ha habido mucho tráfico telefónico entre la Casa Blanca y Downing Street acerca de la medalla en las últimas semanas. George Bush quiere que el primer ministro venga a Washignton y coja la medalla, el mayor honor que América puede conceder a un extranjero». «Pero se ha negado durante más de un año y por buenos motivos», indicó esta fuente, que considera que Blair «no puede aceptar un premio por la guerra de Irak cuando las tropas británicas y norteamericanas continúan arriesgando sus vidas allí». «Los demócratas asisten a la situación con mucha prudencia y habrá decepción si Tony viaja a Washington para encontrarse con Bush tan cerca de las elecciones», continuó. La presión desde Washington Por su parte, la Casa Blanca parece estar incrementando la presión y ha llegado a decir que se siente contrariada, lo que, según la misma fuentes, no deja de ser otra forma de seguir presionando a Blair. Mientras, el gobierno británico intenta concluir lo antes posible con el capítulo que ha generado la guerra de Irak, que no ha dejado de ser una fuente de escándalos y de pérdidas de popularidad para su dirigente, Tony Blair, y que ya mermaron la representación laborista en la celebración de las elecciones europeas. También al ex presidente Jose María Aznar persiguió la polémica cuando acudió a recoger su medalla.