Numerosas críticas apuntan a la ilegalidad e injusticia con que se ha tratado a los prisioneros
Comienza tras tres años el proceso para juzgar a los presos deGuantánamo
El juicio estará en manos de las llamadas comisiones militares donde no cabe la apelación
Las primeras vistas del proceso militar contra cuatro presuntos terroristas extranjeros comenzaron ayer en la base naval de Guantánamo (Cuba), en medio de crecientes protestas por la falta de garantías y de acceso a los acusados. Estos son el australiano David Hicks; el sudanés Ibrahim Ahmed Mahmud al Qosi y los yemeníes Salim Hadmed Hamdam y Hamza Ahmed Sulaimán Al Bahlul. Según el Gobierno de EE.UU., conspiraban para cometer crímenes de guerra cuando fueron capturados en Afganistán entre fines de 2001 y comienzos de 2002. Las autoridades estadounidenses han afirmado que lo hacían en connivencia con el derrocado régimen talibán afgano o con la organización terrorista Al Qaida. Hicks también está acusado de intento de homicidio y de ayudar al enemigo al realizar tareas de vigilancia sobre las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido. Bahlul y Hamdam habrían sido guardaespaldas de Osama bin Laden. A Qosi se le acusa de ser contable de la red terrorista. Los actores del proceso El juicio estará en manos de las llamadas comisiones (tribunales) militares las que determinarán la inocencia o culpabilidad de los cuatro acusados sin posibilidad de apelación. El formato judicial ha sido duramente criticado por organismos de defensa de los derechos humanos que han denunciado que el sistema instituido por el presidente norteamericano, George W. Bush, es ilegítimo. Señalan que no puede asegurarse que los tribunales estén encuadrados dentro de la ley si en ellos los militares son jueces y fiscales. Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión por las Libertades Civiles de EE.?UU. (ACLU) anunció el lunes que estará desde hoy en Guantánamo para presenciar las vistas. «Aunque todos quieren que se castigue a los terroristas, nosotros también queremos que el proceso mediante el que juzgamos la culpabilidad sea justo y legítimo», señaló. «El sistema que voy a presenciar no puede ser considerado legítimo», indicó. Romero también insistió que aunque se haya otorgado un acceso limitado al público «eso no puede resolver los graves problemas de libertades civiles». Agregó que «las pruebas clave pueden ser ocultadas por los fiscales, la única vía de apelación es a través de la cadena de mando y los abogados de la defensa están trabados por el procedimiento y la falta de privilegio. Estos no son juicios justos consecuentes con la mejor tradición estadounidense». El activista de los derechos civiles de Estados Unidos advirtió del peligro de que este tipo de juicios mediante «comisiones» militares se propague más allá de la prisión especial de Guantánamo con la «débil» excusa de la «seguridad nacional».