Las tropas norteamericanas bombardean Faluya, el frente de guerra abierto por los suníes
Sáder deja la mezquita en manos delos fieles y EE. UU. se retira de Nayaf
La milicia del clérigo rebelde se considera ganadora del pulso a Bush y se resiste a entregar las armas
El clérigo Moqtada Al Sáder entregó ayer a las autoridades religiosas chiíes la custodia de la Gran Mezquita de Nayaf después de que sus combatientes del Ejército del Mahdi acataran la orden de abandonar el templo. La entrega de las llaves del recinto religioso más importante para la comunidad musulmana chií, y que los milicianos emplearon como base militar, es un paso hacia la resolución del conflicto armado surgido el 5 de agosto en la ciudad santa. «El recinto del santuario ha sido evacuado, y sus llaves entregadas a la autoridad religiosa», declaró el clérigo Ahmed Jaffar, portavoz del gran ayatolá Ali Sistani. La responsabilidad sobre la custodia de la mezquita y de su patrimonio, fue formalizada mediante el documento que firmaron el comandante del Ejército de Mahdi , el jeque Ahmed Al Shibani, y el propio Jaffar, jefe de la representación del gran ayatolá Sistani en Beirut (Líbano). Ese paso era uno de los términos principales del plan de paz articulado por Sistani, y aceptado el jueves en su totalidad por Al Sáder y el Gobierno interino iraquí encabezado por el primer ministro, Iyad Alaui. Un desarme dudoso El cumplimiento de otro de los términos fundamentales del plan de paz, el desarme de la milicia que con ímpetu exigió el Gobierno durante el asedio, era para la policía difícil de comprobar, más aún teniendo en cuenta que es raro el hogar iraquí en el que no exista un arma de fuego. Vecinos de Nayaf y peregrinos relataron haber visto a milicianos esconder la ametralladora AK-47 entre sus ropas, mientras que otros dijeron a la radio local Dijla , que observaron como los leales de Al Sáder abandonaban el recinto religioso cargados con bolsas de plástico. A las puertas de la sede del Ejército del Mahdi en Nayaf, pocos milicianos hacían entrega de sus viejos fusiles ametralladores, no está claro si a sus acólitos o a representantes de las autoridades. Otros milicianos que se suponía que a esas horas deberían haberse desarmado, inspeccionaban con la metralleta colgada sobre el hombro, a los peregrinos que consideraban sospechosos. Antes, Al Sáder ordenó a sus combatientes del Ejército del Mahdi que abandonaran Nayaf y la vecina localidad de Kufa, sus dos principales plazas fuertes. «A todos mis hermanos del Ejército del Mahdi , debéis abandonar Kufa y Nayaf sin vuestras armas, junto con las masas pacíficas», indicó Al Sáder en un comunicado emitido por su oficina. El comunicado de Al Sáder fue precedido de avisos dirigidos a los milicianos, y transmitidos por los altavoces de la mezquita, con el fin de recordarles que antes de las 10:00 hora local (06:00) debían abandonar el recinto religioso, plazo fijado en las negociaciones que culminaron con el acuerdo de paz. Las tropas se van A primeras de la mañana, las tropas de EE.UU. habían completado su retirada del centro la ciudad, en cuyas afueras tiene su base la Undécima Fuerza Expedicionaria de Marines, aunque en las carreteras por las que se accede a Nayaf mantenían levantados puesto de vigilancia. En cuanto al bastión suní, Faluya, ayer vivió otra intensa tarde de bombardeos norteamericanos sobre posiciones rebeldes, después de haber sido blanco de los disparos de un sistema de defensa antiaéreo instalado sobre un vehículo.