Bush no cita a Aznar entre los líderes que lo apoyaron para la guerra de Irak

Los temores de quienes acusaron a George W. Bush de querer celebrar la Convención Republicana en Nueva York para explotar a gusto la tragedia del 11S se hicieron realidad a lo largo de los cuatro días que ha durado el evento pero sobre todo, durante la noche del jueves, cuando el presidente dio su discurso de aceptación como candidato oficial del partido. Todo apuntaba a que así sería, pero la realidad superó todas las previsiones. A lo largo de la última jornada de la Convención desfilaron por el escenario del Madison Square Garden personajes como el general Tommy Franks, que invocaron el espíritu patriótico del país. Un empalagoso canto a la bandera junto a un vídeo explotando su imagen entre las ruinas del World Trade Center aceleró esa impresión. Luego llegó el gobernador de Nueva York George W. Pataki, quien por supuesto recordó el 11S y antes de que Bush entrara en acción, se emitió un melodrámático montaje de diapositivas y sonido por el que desfilaron las ruinas de las Torres Gemelas, los bomberos, los familiares de las víctimas y el propio presidente. La ovación precalentada El ánimo de la sala ya estaba más que listo para recibir a Bush con una sonada ovación. «Tiene que ganar las elecciones porque es el único que sabe como luchar contra el terrorismo, el único que nos va a bajar los impuestos y el único que puede dar ejemplo de buen hombre de familia» aseguraba entusiasmado minutos antes de la aparición del presidente un delegado de Texas. Y esos fueron los temas entorno a los que giró el discurso de una hora que ofreció Bush. Sin desplegar el entusiasmo y la energía que sí mostraron otros políticos republicanos, Bush alabó primero a su familia y después trazó un largo recorrido por sus propuestas económicas, aunque la única que quedó clara fue la de bajar los impuestos. También prometió avances sociales, pronunciando en ese momento la única frase en español «No dejaremos a ningún niño atrás», lo que provocó los gritos, también en español de ' ¡Viva Bush!'. Pero los momentos de mayor entusiasmo llegaron ante palabras como «Construiremos un mundo más seguro y una América más esperanzadora y nada nos parará». Ese es el mensaje que el presidente y su partido han querido transmitir durante su estancia en Nueva York. Liberación de los detenidos Cientos de personas han recuperado la libertad tras varios días detenidas por su participación en las protestas contra la Convención Republicana, que han dejado a Nueva York con resaca y grandes deseos de volver a la normalidad. Una semana de protestas contra la convención y el gobierno de George W. Bush se saldó con más de 1.800 detenidos, muchos de los cuales permanecieron bajo arresto un plazo muy superior al máximo permitido por la ley, que es de 36 horas.Fue necesaria una orden del juez para que las autoridades pusieran todo su empeño en procesar los casos de cientos de personas detenidas en los últimos días, algunas de las cuales afirmaban haber estado hasta tres días bajo custodia. El jueves, el juez de la Corte Suprema de Nueva York, John Cataldo, dio un plazo máximo de cinco horas para que los servicios de la policía pusiera en libertad a los detenidos, pero el incumplimiento de la orden hizo que pusiera una multa de 1.000 dólares a la ciudad por cada retenido.