Diario de León

El demócrata acusa al presidente de atemorizar a los estadounidenses

El miedo a otro 11-S alimenta la lucha electoral entre Bush y Kerry

Cheney matiza su comentario sobre un nuevo atentado terrorista si ganan los demócratas. El secretario de Seguridad declara «un

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Bárbara Celis D'Amico - corresponsal | nueva york
León

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Hoy el mundo volverá a mirar hacia Nueva York al cumplirse el tercer aniversario de los atentados del 11S. Se trata de un planeta transmutado geopolíticamente desde aquella fecha cuyos cambios se han producido básicamente, por las reacciones de la Administración estadounidense a aquellos ataques. Pero el proximo 2 de noviembre ese gobierno se someterá al test de sus ciudadanos, que tendrán que decidir si apoyan la línea marcada por el presidente Bush, con todas sus consecuencias -dos guerras preventivas, Irak y Afganistán, restricción de los derechos civiles en pro de la seguridad con la aprobación de leyes como el Patriot Act- o prefieren la alternativa demócrata encarnada por el candidato John Kerry, cuya visión del mundo es mucho más cercana a la que propugna Naciones Unidas que al unilateralismo que ha caracterizado los cuatro años de gobierno conservador. El 11S. motor electoral El 11S es sin ninguna duda, el motor que alimenta «la campaña electoral más importante de la historia reciente», según insisten en calificarla tanto desde el ámbito conservador como desde el republicano. Las palabras «liderazgo», «fuerza», «seguridad», «determinación» son las más repetidas por ambos candidatos y el que sepa demostrar que es el que mejor las representa ocupará la Casa Blanca. La estrategia electoral la impuso Bush, que juega con su mejor arma: el haber sido el «comandante en jefe» durante los atentados, y a Kerry no le ha quedado más remedio que seguirle el juego. Durante meses la seguridad y el terrorismo han sido la principal preocupación de los votantes, según las encuestas, aunque hace una semana la revista Time publicara que la economía superaba en un punto a la seguridad en las prioridades de los electores. Pero a dos meses de las elecciones, el terrorismo sigue empañando las portadas de los diarios de todo el planeta con sucesos como el secuestro de la escuela en Rusia o el atentado en Yakarta y aunque en Estados Unidos no se haya vuelto a producir otro atentado, la Administración Bush se ha encargado de alimentar adecuadamente la estrategia del miedo nacido aquel fatídico 11S y con él ha llenado exitosamente, según las encuestas, su campaña electoral. El mensaje lanzado durante la Convención Republicana celebrado oportunisticamente en ese Nueva York aún herido por los ataques, fue claro: «No esperemos a que la historia presente la visión correcta de nuestro presidente. Escribamos nuestra propia historia» dijo el ex alcalde Giuliani al pedir el voto para Bush. Declaraciones de Cheney Una semana más tarde, el vicepresidente Dick Cheney llegó tan lejos como para afirmar que «si los electores no toman la decisión correcta, Estados Unidos sufrirá otro ataque», la frase más sucia de toda la campaña electoral que demuestra como la estrategia del miedo es el pilar entorno al que gira el mensaje de los republicanos. La explotación del 11S por el partido en el gobierno ha sido tal que para evitar más críticas, no habrá ningún alto cargo de la Administración en la ceremonia en honor a las víctimas en la zona cero. Una vez más, se leerán los nombres de los 2749 fallecidos y se celebrarán minutos de silencio para recordar los momentos del impacto contra las torres de los dos aviones y el derrumbamiento de ambas.

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