La ONU inicia su retirada del oeste de Afganistán tras el asalto a su sede
La ONU empezó a retirar ayer su personal de la ciudad de Herat, en el oeste de Afganistán, tras el asalto e incendio el domingo de su sede por manifestantes que protestaban por la destitución, hace dos días, del gobernador provincial. Fuentes de las autoridades y la Policía local confirmaron ayer que al menos cuatro personas resultaron muertas y medio centenar heridas en los enfrentamientos ocurridos el sábado y el domingo entre manifestantes y tropas de EE.UU. y del Ejército Nacional Afgano. En declaraciones difundidas por la televisión estatal, el gobernador destituido, el poderoso «señor de la guerra» Ismail Khan, pidió esta madrugada a sus partidarios que cesen las manifestaciones, que llevaron a las autoridades a imponer el toque de queda en la tarde del domingo. «Cambios en los gobiernos son algo muy normal», dijo Khan, al tiempo que insistía que «estoy profundamente afectado por la muerte y las heridas sufridas por numerosos hermanos en las últimas 24 horas». Khan manifestó su esperanza de que «con paciencia, tolerancia y un objetivo común garantizareis la seguridad, la paz y la estabilidad del país». Tras aceptar la destitución como gobernador de la provincia de Herat, Khan rechazó el Ministerio de Minería e Industria del Gobierno central de Kabul que le había ofrecido el presidente, Hamid Karzai, un cargo de escasa relevancia en un país asolado por la violencia donde estas actividades son muy escasas. Varias organizaciones de ayuda humanitaria, incluidas las agencias de la ONU, inciaron ayer la retirada de sus trabajadores de Herat, donde se mantiene una tensa calma desde la promulgación del toque de queda. Un equipo de Naciones Unidas viajó hoy a la ciudad para estudiar la situación, al tiempo que la organización internacional empezaba a evacuar a algunos empleados. «Varias de las oficinas han sido destruidas», aseguró el portavoz de la ONU en Kabul, Manoel de Almeida e Silva, tras sobrevolar esta mañana en helicóptero la zona, donde ayer cientos de manifestantes asaltaron las instalaciones de Naciones Unidas. Según Almeida, los manifestantes derribaron la puerta del recinto de la ONU en Herat, apedrearon las instalaciones y prendieron fuego a varios de los edificios y vehículos, lo que obligó a los trabajadores de la organización internacional a refugiarse en un búnker.