Otra jornada de combates deja al menos trece muertos en Ramadi
Diecisiete personas murieron ayer en actos de violencia en Irak, 13 de ellas en combates entre rebeldes y marines en la ciudad suní de Ramadi. Por otra parte, soldados esta-dounidenses hallaron los cadáveres decapitados y las cabezas de tres personas, al parecer iraquíes, al norte de Bagdad. En Al Zawira, a 40 kilómetros al sur de Bagdad, un guardia iraquí y un civil murieron y otras diez personas resultaron heridas al explotar un coche bomba contra un retén de la Guardia Nacional, según el Ministerio del Interior. Dos obreros que trabajaban para el Ejército estadounidense fueron asesinados a balazos al sur de Kirkuk. En Baquba, cuatro policías y un civil iraquíes fueron heridos al estallar una bomba artesanal al paso del vehículo policial. Bajas de EE.UU. Por su parte, el Ejército estadounidense anunció la muerte de un marine el martes en Al Anbar, foco de insurrección suní. Y Teherán informó de que un empleado de la organización iraní de las peregrinaciones fue asesinado cerca de Kerbala. Una empresa de transportes jordana anunció que deja de trabajar en Irak para salvar la vida de su empleado Turki al Breizat, secuestrado. El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, explicó ayer en el Parlamento de su país su gira por países del Golfo para lograr la liberación de las dos cooperantes capturadas en Irak, al tiempo que pidió a EE.UU. que evite víctimas civiles. En Bagdad, decenas de personas se manifestaron para reclamar la liberación de las dos italianas y de dos periodistas franceses. El líder del Frente Islámico de Salvación de Argelia, Abasi Madani, se sumó a esa petición iniciando una huelga de hambre. Madani inició esta acción el martes por la noche, según un comunicado difundido hoy por el diario árabe internacional Al Hayat , en el que pidió a los captores la liberación de los cuatro europeos. «Si los secuestradores defienden una causa iraquí justa y legítima, pues deben responder al llamamiento de la razón, la sabiduría, la conciencia y la piedad», señala el dirigente político, que reside desde el año pasado exiliado en Doha, la capital qatarí. «Os pido que los liberéis, pues esta conducta no sirve ni a la causa iraquí ni a los que la defienden» dijo Madani.