Las kamikazes subieron a los aviones gracias al pago de sobornos

Las dos mujeres sospechosas de haber cometido el doble atentado que el pasado 24 de agosto causó 90 muertos a bordo de dos aviones de línea rusos pagaron sobornos para embarcar sin problemas, según reveló el fiscal general ruso. Tres semanas después del doble atentado que provocó la muerte de 90 personas en Tula y cerca de Rostov, el fiscal general ruso Vladimir Ustinov, citado por la agencia Interfax, describió ayer el recorrido de las dos terroristas, sospechosas de ser chechenas. Las dos mujeres aterrizaron el día 24 de agosto en el aeropuerto moscovita de Domodedovo, procedentes de Daguestán (Cáucaso ruso). A su llegada fueron interceptadas por agentes de la policía que les retiraron los pasaportes y las llevaron ante el «capitán de la comisaría». «El capitán liberó a los dos mujeres sin hacer ninguna comprobación», afirmó Ustinov, que no explicó porqué habían sido detenidas. Según Ustinov, «un hombre llamado Arutiunov, traficante de billetes de avión, dio a un empleado de Sibir (la compañía aérea) mil rublos (35 dólares)» para comprar el billete de Satsta Yebrijanova con destino a Sochi, a orillas del mar Negro. Según el fiscal, las kamikazes dieron un total de 5.000 rublos (170 dólares) a Armen Arutiunov, que les habría ayudado a pasar el control de seguridad pero que, según dijo, no conocía las intenciones criminales de las dos mujeres, que hicieron estallar ambos aviones.