Rabat, molesto por el reconocimiento del Sáhara por parte de Sudáfrica
Marruecos, que desde hace 30 años controla la antigua colonia española del Sáhara occidental y se enfrenta a los independentistas del Frente Polisario, ha sufrido un duro revés diplomático tras el reconocimiento oficial, el miércoles, de la República Árabe Saharaui y Democrática (RASD) por parte de Sudáfrica, el país de mayor peso político y económico y prestigio de todo el continente africano. La marroquinidad del Sáhara occidental es una causa sagrada en Marruecos que ha sido utilizada en las últimas décadas por la Corona y el majzén (viejo sistema político) para mantenerse en el poder, conservar sus privilegios y conseguir una relativa cohesión patriótica de la población. Es por este motivo que Rabat ha reaccionado al reconocimiento diplomático de la RADS por Petroria con ira contenida y enorme desconcierto. Marruecos, que defiende la tesis de que la RASD no es más que «un Estado fantoche» al servicio de los intereses estratégicos de los generales argelinos, aunque esta república haya sido reconocida diplomáticamente por 76 países y cuente con el respaldo de la Unión Africana (UA) y Naciones Unidas, deplora la decisión de Sudáfrica, que califica de «parcial, sorprendente e inoportuna y expresa su decepción frente a la nueva política exterior del Gobierno» de Pretoria. De momento, el Gobierno de Rabat ha llamado «para consultas» a su embajador en Pretoria y el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí sostiene que «las autoridades sudafricanas adoptan una posición a contracorriente de la tendencia internacional» y se enfrentan a los sentimientos «de miles de auténticos saharauis favorables a la marroquinidad del Sáhara». Solución política La diplomacia marroquí también está molesta por las declaraciones a favor de «una solución política basada en el derecho de autodeterminación» defendida por el nuevo representante especial de Kofi Annan para el conflicto saharaui, Álvaro de Soto. El sustituto de James Baker ha realizado su primera gira oficial por el Magreb para conocer la disposición de las partes enfrentadas e interesadas (Marruecos, el Polisario, Argelia y Mauritania) a solucionar el contencioso saharaui. El intelectual marroquí Anis Balafrej, miembro del colectivo Sáhara-Magreb (una plataforma que defiende el diálogo político entre las partes enfrentadas), expresó ayer su «sorpresa» por el reconocimiento diplomático de la RASD, pero señaló que «esto no debe ser la excusa por parte de nadie para que se alargue aún más el conflicto». Según Balafrej, «hay que buscar de forma urgente una solución política basada en el acuerdo entre todos y en el marco de la ONU». Por su parte, fuentes cercanas al Polisario consultadas por esta agencia manifestaron su «enorme alegría» por la decisión de Pretoria y consideraron que «otros países, sobre todo en Asia y en América Latina, podrían seguir por la misma vía y reconocer a la RASD. Ha quedado claro que Marruecos no quiere resolver el conflicto, pero el pueblo saharaui tiene todo el derecho a decidir su futuro».