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efe | lagos

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Hasta 200 personas pueden haber muerto en la explosión de un oleoducto a las afueras de Lagos, la capital económica de Nigeria, en el sur del país, informaron ayer, viernes, los medios de comunicación nigerianos, mientras la Policía confirmó el rescate de 15 cadáveres. La explosión se produjo el jueves en Imore, una localidad a 12 kilómetros al sudoeste de Lagos, y fue aparentemente causada por la chispa del motor de un bote utilizado por un grupo de personas para robar combustible del oleoducto, señalaron a la televisión nacional vecinos del lugar. El incendio en los alrededores continúaba ayer y la Policía, que admite que no ha podido establecer el número exacto de víctimas mortales, habla en sus comunicados sólo de «numerosos muertos». El oleoducto transporta productos petroleros refinados desde un embarcadero en las costas de Lagos hasta los cercanos depósitos de Ejigbo, a menos de diez kilómetros de la ciudad. El lugar de la explosión está situado en un área de pantanos a la que sólo se puede llegar en bote, lo que dificulta las tareas de extinción del incendio, cuya densa humareda cubre gran parte de la zona. Funcionarios de la estatal Corporación Nacional Nigeriana de Petróleo (NNPC, en inglés), que administra los 5.000 kilómetros de tuberías de todo el país, tampoco pudieron confirmar el número de muertos en el siniestro. «En estos momentos, estamos más interesados en apagar el incendio», dijo uno de ellos. Fuerte explosión Un portavoz de la Policía de Lagos confirmó que el incendio comenzó en la madrugada del jueves, mientras que residentes del área relataron que fueron despertados por la explosión. «Primero no entendíamos qué estaba pasando, pero luego vimos que muchos huían y compelían a los demás a correr por sus vidas, ya que se había producido una explosión similar a la del polvorín militar de Ikeja (en 2002, también en Lagos)», que mató a más de 1.000 personas, dijo Iya Taye, quien salió ilesa con su marido e hijos. El periódico Daily Champion informó de que los restos calcinados de algunas de las víctimas continúan en el lugar de la explosión. Testigos presenciales citados por el matutino relataron que muchas de las víctimas trataron de escapar del incendio saltando al agua, pero que varias de ellas murieron ahogadas. Más de 3.000 personas han muerto en los últimos tres años en el sur de Nigeria por explosiones e incendios de oleoductos. El peor siniestro de este tipo ocurrió en octubre de 1998 en la cercana localidad de Jesse, donde casi 1.100 personas murieron. Los oleoductos nigerianos son frecuentemente perforados por ladrones de combustible, que luego venden en el mercado negro, aunque también son saboteados por grupos tribales y ecologistas que mantienen disputas con las multinacionales petroleras. Nigeria, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), es el primer productor de crudo de Africa y el sexto del mundo.

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