El cuarto aniversario de la Segunda Intifada deja una de las jornadas más sangrientas
La violencia se recrudece en Gaza con cerca de 38 muertos y 160 heridos
El Ejército de Israel mantiene incomunicada la franja de Gaza por motivos de seguridad La Segunda Intifada
La ofensiva de Israel denominada Días de Penitencia contra el campo de refugiados de Yabalia, al norte de la franja de Gaza, se salda por el momento con 38 muertos y 160 heridos, con los últimos cinco muertos y 15 heridos por un nuevo proyectil de tanque. Este es el balance del 4º Aniversario del estallido de la 2ª Intimada, que se cumplía el pasado 28 de septiembre, en una semana en el que los enfrentamientos, la sangre y la violencia son los auténticos protagonistas de un conflicto de momento sin esperanza, y que se retroalimenta como una bestia de hambre insaciable. El pasado miércoles, tras la muerte de siete palestinos en Gaza y Cisjordania, los milicianos de Hamas lanzaban un cohete doméstico, de los llamados Qassam, sobre la localidad israelí de Sderot, situada cerca de la frontera con Gaza, causando la muerte de dos niños de cuatro y dos años. Tras el trágico incidente, la operación militar -que horas antes había iniciado el Ejército israelí al norte de la franja- se recrudeció violentamente siguiendo las órdenes del primer ministro, Ariel Sharon, y de su ministro de Defensa, Shaul Mofaz, con el argumento de que «el asesinato de niños es un acto imperdonable e intolerable» y dispuestos a no ceder hasta «destruir las infraestructuras de los terroristas». El impresionante despliegue militar , que incomunicaron una vez más la franja en tres sectores cerrados, se lanzaba así sobre la ciudad y el campo de refugiados de Yabalia, símbolo de la resistencia palestina y punto de origen de la 1ª Intifada, en 1987, con más de un centenar de carros de combate y varios helicópteros Apache. Este campo de refugiados, el más populoso de Oriente medio en el que malviven hacinadas unas 100 mil personas, no había vivido una incursión de tales proporciones desde la retirada israelí con los Acuerdos de Oslo. Los niños Varios vecinos narraban a esta corresponsal como los tanques se apostaban a pocos metros del mercado central, mientras los disparos de las ametralladoras y las explosiones eran constantes. «Aunque nuestros niños deberían estar acostumbrados, lo cierto es que están aterrorizados. El más pequeño, de pocos meses, no para de llorar», lamenta Kayed Hammad, que pudo huir de su casa junto a su familia al ver como un tanque se situaba a escasos 200 de su casa. Sólo en la mañana de ayer, 15 palestinos perdían la vida, entre ellos estaban los cuatro militantes que poco antes habían asesinado en dos ataques diferentes a tres israelíes, en los que perecían un soldado del puesto de control de Beit Janun, y poco después, otro militar y una colona que practicaba deporte, cerca del asentamiento judío de Alei Sinai.