Irak acapara el primer debate electoral entre Bush y Kerry
La audiencia del debate ya no eran los republicanos entregados al discurso de Bush sino unos cincuenta millones de telespectadores que siguieron el acto más importante de esta campaña electoral
«Ha sido muy difícil prepararme para el debate», dijo con su habitual sarcasmo George W. Bush a la audiencia de uno de sus mítines, «porque mi oponente no para de cambiar de opinión, particularmente sobre Irak». Ésa era la estrategia con la que Bush pretendía machacar hoy, jueves, por la noche al demócrata John Kerry, al que ha caracterizado sin descanso como un político indeciso en el que no se puede confiar. Durante toda la semana, Bush ha tenido ensayos generales con sus asesores, que representaron el papel de Kerry. El debate se celebraba a las 9:00 de la noche, hora local (3:00 de la madrugada de hoy, viernes, en España). Esta es la misma hora en la que el presidente Bush se mete en la cama cada noche con la Biblia en la mano, por lo que el objetivo en los ensayos era adaptar su reloj biológico para que no perdiera facultades. Durante la noche del miércoles, la audiencia ya no eran los republicanos entregados que acuden a los mítines del presidente por exclusiva invitación, sino unos 50 millones de telespectadores que aguardaban con interés el acto más importante de la campaña electoral. Era también la mejor oportunidad de ambos candidatos para clarificar sus posturas, y, en el caso de Kerry, para intentar quitarse los sambenitos que le han colgado los republicanos. Irak, tema estrella Han sido éstos los que insistieron en que el tema del primer debate, el más visto, fuese Irak en lugar de la economía, que ha quedado relegada para el último. A cambio, los abogados demócratas han logrado que se celebren tres y no dos, como pretendía la campaña de Bush, que deseaba evitar el que se celebrará en St.Louis (Missouri), donde una audiencia de indecisos hará preguntas a los candidatos.