| Crónica | Europa en el extremo |
El vecino incómodo
Turquía deberá desterrar hábitos como la tortura, el mal uso del «bakchich» o las pruebas de virginidad para saltar algún día la fosa que la separa de la UE
Es, junto a Túnez, el único país musulmán que prohíbe la poligamia. Pero se tolera socialmente. También se autoproclama laico, pese a que el Gobierno está en manos de islamistas. Turquía es una inmensa nación de contrastes decidida a ingresar en la Unión Europea a medio plazo. Bruselas le acaba de entreabrir las puertas, pese a que hay infinidad de materias en los que Anatolia está más próxima al Congo que a Suecia. 1 Tortura Para Bruselas «ha dejado de ser una práctica sistemática», pero algunas organizaciones sostienen que el maltrato es práctica habitual. «¿Que no existe tortura sistemática? Eso es una observación cínica, hable claramente de lo que pasa en las cárceles turcas». Así de contundente se mostró el jefe de filas del Grupo Popular Europeo, el alemán HansGert Pöttering, al conocer el alentador informe comunita-rio sobre Turquía, en el que se documentan hasta 692 denuncias por tortura en el primer semestre del año. 2 Pruebas de virginidad Para asegurar que una novia llega «pura» al matrimonio, en Turquía es frecuente comprobar su virginidad. Y el resultado puede provocar la ruina e incluso la muerte impune de la mujer. Para Human Rights se trata de «una violación flagrante» de los derechos humanos de la mujer, lo que sitúa al país más cerca de Sri Lanka que de Polonia, Suecia o España. El nuevo código penal se limita a erradicar estas pruebas de las comisarías, pero se podrán practicar a petición de un fiscal. 3 La Ana Orantes turca Aministía Internacional documentó el caso de la turca Guldunya Toren, pero a diferencia del de Ana Orantes en España, quemada viva por su marido, no provocó ningún debate social. Tras quedarse embarazada, Guldunya se negó a casarse con su primo por lo que fue enviada a casa de su tío a Estambul, donde le dieron una soga para ahorcarse. Ella escapó y pidió protección a la policía, que la invitó a regresar a casa. En febrero pasado, la mujer recibió varios disparos de sus hermanos. Ingresó grave en un hospital, en el que penetraron sus parientes de noche para rematarla de un tiro en la cabeza. 4 La corrupción El bakchich , para los turcos, es algo más que una propina. Es un soborno socializado al que recurren muchas veces para agilizar trámites en un hospital, un juzgado o con la policía. Bruselas recalca que «la corrupción sigue siendo un problema muy serio en casi todas las áreas de la economía y en los asuntos públicos». Los índices sobre percepción de la corrupción suspenden a Turquía con un 3,1 (España aprueba con un 6,9), lo que sitúa a este país incluso por debajo de Colombia, México, Marruecos o Ghana.