Kerry busca el 3-0 mientras Bush recurre a la política del miedo

Si el demócrata John Kerry gana las elecciones subirán los impuestos, aumentará el gasto público, acabará con la libertad de los ciudadanos para elegir a su médico, detendrá los progresos en Irak y con su debilidad propiciará un nuevo ataque terrorista. Éste era el mensaje del miedo que el presidente George W. Bush había ensayado para el último duelo político de la campaña. «Ha sido el (senador) más liberal de Estados Unidos, lo que significa que le gusta gastar vuestro dinero», decía Bush en el mitin de la víspera El presidente se juega el todo por el todo. Ningún mandatario de EE.?UU. ha sido reelegido con menos de un 50% de popularidad (Bush tiene el 47%), y no se recuerda a ningún candidato que haya ganado la presidencia tras perder tres debates consecutivos. Por eso el de ayer (al cierre de esta edición todavía se estaba celebrabdo) era su última oportunidad de romper esa cadena de negros augurios que repentinamente se le ha echado encima. A su favor contaba con las bajas expectativas que tantas veces le han salvado en el pasado. Bush perdió el primer debate por 30 puntos de diferencia y el segundo por 45 a 30. Encima, las encuestas daban ventaja a Kerry en la mayoría de los temas a tocar en este tercer debate: empleo, sanidad y medio ambiente. A Bush no le quedaba más remedio que salir a la ofensiva, mostrar que es el presidente y apelar al miedo.