Diario de León

El presidente sufre fractura de la rodilla izquierda y fisura en el húmero del brazo derecho

La caída de Castro abre el debate sobre la fragilidad del régimen

Su hermano Raúl fue confirmado como su sucesor tras desmayarse en un acto en el 2001 «Estoy entero»

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agencias | la habana
León

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El tropezón de Fidel Castro, que le causó la fractura de la rodilla izquierda y fisura en el húmero del brazo derecho, relanzó ayer dentro y fuera de Cuba las especulaciones sobre la fragilidad de un régimen que gira en torno a su figura. Desde que en junio del 2001, el comandante, de 78 años, sufrió un desmayo durante un discurso en La Habana, los interrogantes sobre su salud han creado incertidumbre sobre el futuro político de la isla. Después de ese incidente, Castro confirmó como su sucesor a su hermano Raúl, jefe de las Fuerzas Armadas y número dos en la jerarquía política. El traspiés del presidente tuvo lugar al concluir un acto con estudiantes celebrado la noche del miércoles en el Memorial Ernesto Ché Guevara, en Santa Clara. El propio líder acabó con los minutos de confusión creados tras su caída: «para que nadie especule, tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo, tal vez, no es muy seguro, pero estoy entero», dijo. Ayer el informe médico oficial confirmó que el comandante se fracturó la rodilla izquierda y tiene una fisura en la parte superior del húmero de su brazo derecho. No quiso la camilla Enfundado en su tradicional uniforme verde olivo, Castro bajó la escalera de la tribuna, resbaló y cayó al suelo, donde inmediatamente fue socorrido por su equipo de seguridad, sus médicos y dirigentes del partido, que le sentaron en una silla porque se negó a utilizar camilla. Durante escasos minutos, el silencio y la incertidumbre se apoderaron de la plaza, hasta que Castro, que no perdió el conocimiento, pidió un micrófono y aclaró el incidente. «Pido perdón por haberme caído», dijo para romper el hielo el líder cubano, que recuperó en seguida la compostura, aunque estaba sudoroso y dolorido. «Estaré muy interesado por ver las fotos de cómo me caí, la prensa internacional lo ha recogido y seguramente mañana (por ayer) estará en las primeras paginas», agregó. La televisión cubana, que no interrumpió la programación, ofreció planos generales hasta mostrar como Castro tomó el micrófono para dirigirse a la multitud. El noticiero informó del discurso pero obvió la caída. Lo que se vió por televisión no fue suficiente para los cubanos que, teléfono en mano, acudieron a sus amigos para obtener más detalles. «Radio-bemba», el boca a boca que los cubanos practican desde siempre se encargó de propagar los primeros detalles.

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