Blair se doblega a Washington y envía soldados al violento triángulo suní

El primer ministro británico, Tony Blair, dio ayer otro arriesgado paso en su política de complacer a Washington en Irak al confirmarse que Londres enviará 850 soldados a las zonas de alto riesgo próximas a Bagdad. Este movimiento responde a la petición expresada por George W. Bush a Blair hace unas semanas para poder relevar a las tropas norteamericanas que estarían preparando lanzar una fuerte ofensiva sobre Faluya. Fue el ministro de Defensa, Geoff Hoon, quien confirmó en los Comunes la información adelantada por la prensa británica el fin de semana. «Tras un cuidadoso estudio por parte del Estado Mayor, he sido aconsejado que las fuerzas británicas lleven a cabo la operación propuesta, ya que existe una justificación militar y conlleva un riesgo militar aceptable», explicó Hoon, quien subrayó que la misión tendrá una duración limitada, «de semanas y no de meses». El destacamento que se desplazará hacia el triángulo suní está compuesto por 650 soldados del batallón Black Watch, con base en Basora, y unos 200 soldados de apoyo, principalmente médicos y técnicos. La incertidumbre sobre quién controlará esta fuerza británica sigue, ya que si Hoon indicó que continuará bajo mando británico, en concreto del general Bill Rollo, más tarde el jefe del Estado Mayor, sir Michael Walker, indicó que los soldados estarán «bajo el control táctico del día a día norteamericano». Hoon volvió a recalcar que el despliegue responde «a crear las condiciones correctas para las elecciones iraquíes y no tienen nada que ver con las norteamericanas». El riesgo asumido de Blair es que aumente el número de bajas británicas, que hasta ahora son 68, y el póximo año Blair tiene elecciones generales. Una iraquí más Tahseen Ali Hassan, marido de la británica secuestrada volvió ayer a lanzar un llamamiento para su liberación, y recordó que su mujer Margaret consagraba su vida a ayudar a niños iraquíes desde la dirección de la oenegé Care. Compañeros de Margaret consideran que, tras las palabras de Blair de que hace «todo lo posible por conseguir su liberación», la mejor manera de salvarla es demostrar que ella es una iraquí más. Fuentes de Care en Bagdad dijeron que podría resultar contraproducente cualquier intento de ayuda de un gobierno que participó en la invasión de Irak porque vuelve a Margaret más vulnerable.«Creemos que el hecho de que el Gobierno británico se involucre en esta cuestión envía una mala señal a quienes la han secuestrado». Seis imanes suníes del Comité de los Ulemas de Irak fueron detenidos el miércoles por tropas norteamericanas tras una reunión en la que se instó a los iraquíes a boicotear las elecciones de enero.