Un ejército de abogados vigilará las elecciones de Estados Unidos

Con el recuerdo del fiasco electoral de Florida en el 2000 en la mente, demócratas y republicanos tienen apunto un ejército de abogados para denunciar cualquier indicio de fraude o intimidación. Los demócratas cuentan con 10.000 abogados, la mayoría voluntarios, que podrán desplazarse rápidamente a cualquier lugar donde se detecte un posible conflicto. Los republicanos no han informado cuántos han reclutado, pero posiblemente el número sea similar al de sus adversarios. La principal batalla se libra ahora en Jackson Ville, una ciudad al norte de Florida casi en el límite con el estado de Georgia, que con 1.325 kilómetros cuadrados es la urbe más extensa de todo el país. Pese a la escasísima densidad de población, ya que las distan-cias son inmensas aquí, Jackson Ville sólo cuenta con una oficina electoral para votar por anticipado. Esto ha levantado ampollas en las filas demócratas puesto que esta ciudad es su principal granero de votos en Florida: de los 1,7 millones de habitantes, más del 70% son afroamericanos. El alcalde demócrata de Jackson Ville pidió hace meses que se habilitaran oficinas electorales por todos los suburbios, pero la respuesta de la junta electoral -dependiente del Gobierno federal, en manos de Bush- fue que no había recursos económicos. Entonces la Administración local aprobó una partida extraordinaria en sus presupuestos y subvencionó a la junta electoral, que retrasó los trámites a causa de un ataque al corazón de su presidente. El resultado final ha sido que el voto por adelantado sólo se puede efectuar en una oficina del distrito financiero, el único lugar en el que los negros no son mayoría. La reacción del comité local demócrata ha sido fletar medio centenar de autobuses, que recorren Jackson Ville todo el día para llevar a la gente a votar. En el 2000 este condado fue escenario de una de las principales disputas legales posteriores a las elecciones. Hasta 32.000 papeletas, en su mayoría de votantes afroamericanos, fueron rechazadas por tener algún defecto. Disculpas Teresa Heinz Kerry, esposa del candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, John F. Kerry, se disculpó ayer ante la primera dama norteamericana, Laura Bush, por las declaraciones que realizó al periódico USA Today en las que afirmó de la pareja del actual presidente estadounidense y candidato republicano a las elecciones de noviembre, George W. Bush, que no había tenido «jamás un trabajo de verdad». Laura Bush trabajó como bibliotecaria y profesora antes de que su marido iniciara su carrera política. A través de un comunicado difundido en Pittsburg (Pennsylvania), Heinz Kerry aseguró que había olvidado que la primera dama había desempeñado dichos trabajos y que se trataba de un importante trabajo ya que se trataba de «la enseñanza de nuestros hijos». Lamentó no haber recordado «su importante trabajo en el pasado».