Cerrar

Los retenidos están ahora en manos de tres grupos diferentes, ligados a los talibanes

Los secuestradores afganos separan a los tres rehenes para impedir su rescate

La ONU avisa que sus empleados necesitan asistencia médica y piden permiso para llevarles ayuda

Annetta Flanigan, la secuestrada irlandesa casada con un español

Publicado por
agencias | naciones unidas
León

Creado:

Actualizado:

Los secuestradores de los tres trabajadores de la ONU en Kabul han separado a sus rehenes para impedir su rescate. La separación de los tres cautivos los coloca en una difícil situación, ya que el futuro de cada uno de ellos depende ahora de un grupo diferente. La situación es tan delicada que la ONU volvió a manifestarse ayer. La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama) urgió a liberar de forma inmediata a los tres trabajadores internacionales secuestrados el jueves en Kabul cuando viajaban en un vehículo oficial de la organización. El portavoz de la la misión de la ONU, Manoel de Almeida e Silva, pidió a los responsables del secuestro que respeten la integridad física de los trabajadores y no les hagan daño. «Estamos preocupados por ellos, por su situación médica y física, y por su bienestar emocional», dijo. Los rehenes son Shqipe Hebibi (natural de Kosovo) Annetta Flanigan (irlandesa casada con un español) y Angelito Nayan (filipino). «Los tres necesitan cuidados médicos y la mejor respuesta ante tal situación es su liberación inmediata», señaló. En conferencia de prensa, el portavoz destacó que, aunque provengan de medios muy diferentes, los secuestrados tienen al menos una cosa en común: su compromiso de servir a la gente que pueda beneficiarse con sus conocimientos y su labor. De Almeida añadió que los tres trabajadores fueron recibidos calurosamente por los afganos. «Por eso es tan difícil entender este secuestro, este acto de violencia contra tres individuos que están trabajando por la prosperidad, la reconstrucción y la paz de este país», señaló. De Almeida e Silva explicó que la ONU no quiere arriesgar la seguridad de sus trabajadores, por lo que no divulgará información sobre las investigaciones que realizan las autoridades afganas mientras permanezcan secuestrados.