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Publicado por
Natalia Martín Cantero - san francisco
León

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Los argumentos religiosos utilizados sin empacho por el presidente George W. Bush en su campaña han movilizado a millones de cristianos evangélicos a votar por el candidato que encaja a la perfección con sus patrones morales. Sin ellos, los resultados de las elecciones del martes habrían sido muy diferentes. Este grupo, que representa a una quinta parte de los votantes estadounidenses, es una de las piezas clave del puzzle de la victoria de Bush. La simpatía de la derecha religiosa hacia el republicano no es nada nuevo. Pero a diferencia de hace cuatro años, cuando la afinidad no pasó de la puerta de casa, el apoyo se ha traducido esta vez en un viaje masivo a las urnas. Tres cuartas partes de los votantes blancos que se denominan cristianos evangélicos apoyaron a Bush, cumpliendo así los objetivos de Karl Rove, el estratega y mano derecha del presidente, quien hizo de este sector uno de los pilares de la campaña. Parece que la derecha religiosa contrarrestó la fuerza de los jóvenes, entre los cuales el candidato demócrata, John Kerry, sacó una ventaja de 15 puntos a su oponente. De los sondeos se desprende que el presidente se hizo con el voto de los hombres blancos, los que disponen de sueldos por encima de los 100.000 dólares anuales y los que acuden todas las semanas a un oficio religioso. Y así, el 60% de los votantes de Bush afirma que va a la iglesia una vez por semana, mientras que en el caso de Kerry el porcentaje es del 39%. No es de extrañar que este electorado se haya volcado hacia un líder que se asemeja a un predicador cuando defiende su oposición al aborto, al matrimonio homosexual o a la investigación con las células madre. El presidente visió al Papa Juan Pablo II a mediados de año y colocó su foto en su web de campaña.