El idóneo para una maratón electoral
El senador podría ser el as en la manga demócrata. Tras su nombre se esconde el sueño americano y un irresistible encanto
Sólo los politólogos más acreditados esperaban algo así cuando Barack Obama subió al estrado de la convención demócrata, en el templo del partido en Boston, y se puso a hablar. De su boca salieron justo las palabras que todos querían escuchar. Un desconocido para casi todos, que llegaba con el único título de aspirante a senador -del que desde el martes se debe borrar la palabra aspirante- hizo el discurso perfecto. Contó a los apasionados seguidores del partido que «no hay una América liberal y otra conservadora, hay Estados Unidos de América» y que «no hay una América negra y otra blanca y otra latina y otra asiática, hay Estados Unidos de América». Sólo una pequeña muestra de un mitin dedicado a hablar de unidad, la palabra mágica que ahora todos buscan, tanto en el país como en el propio partido demócrata. Los aplausos que lo despidiero al bajar del estrado dejaron claro que el nuevo senador por Illinois, el único senador afroamericano. Obama es una estrella en ascenso que a sus 43 años se ha convertido en el único senador afroamericano tras hacerse con uno de los puestos de Illinois. Ha prometido sentarse a defender los valores más progresistas de su partido, que según muchos afiliados, necesita renovarse. No será él quien dirija el cambio puesto que en Estados Unidos aún no es fácil ser negro en un mundo en el que el poder está en manos de los blancos. Pero sin duda el partido sabrá dirigir adecuadamente su carisma, que ha demostrado con creces en las urnas.