El futuro de Rumsfeld condiciona el próximo equipo de Gobierno de Bush

Pocas horas después de que John Kerry apareciera en público para proclamar la victoria de George W. Bush, los analistas comenzaron las quinielas sobre «los que vienen, los que se van y los que se quedan» en el Gabinete, según rezaba un titular de The New York Times. Bush aseguró ayer que no hay ninguna decisión tomada, pero tres nombres monopolizan el interés informativo. De un lado Donald Rumsfeld, secretario de Estado de Defe-sa, cuya marcha se daba por segura hace meses, pero cuyo abandono podría ser interpretado ahora como una derrota política por la calamitosa gestión de la postguerra iraquí y, más en concreto, por las vergonzosas imágenes de las torturas en Abu Graib. De producirse su marcha, la principal aspirante al cargo es Condoleezza Rice, su número dos, que se convertiría así en la primera mujer al frente de Defensa. El New York Times añadía ayer una segunda opción, la de Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa y uno de los principales halcones de la Administración Bush. Su abandono de la fontanería para regresara a la primera fila sería interpretado como una victoria de la línea más dura neoconservadora, pero todo es posible con un botín de 59 millones de votos a las espaldas. El hipotético abandono de Rumsfeld, de setenta años, supondría la inmediata caída del Departamento de Estado de Collin Powell, el integrante más moderado de la Administración Bush. Los analistas consideran que si se va un símbolo de los halcones como Rumsfeld, el principal representante de la línea blanda no podría permanecer en su puesto ni un minuto, para que la compleja balanza no se desequilibrara. Powell, que probablemente se iría a presidir el Banco Mundial, sería sustituido al frente de la diplomacia estadounidense por el actual embajador en la ONU, John F. Danforth, con alguna posibilidad para Condoleezza Rice si es que no acaba en Defensa. Los medios sí dan casi como seguras las bajas del ultraconservador fiscal general, John Ashcroft, y del secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge. El primero regresaría a su Misuri natal mientras que el segundo podría aceptar un nuevo cargo, incluidos los de secretario de Defensa o Estado.