Diario de León

Otros 700 soldados galos se suman a los 4.000 desplegados, la mayor operación exterior del país

El jefe del parlamento de Costa de Marfil amenaza a Francia con otro Vietnam

Los manifestantes se enfrentan a las tropas francesas para tomar el aeropuerto

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agencias | abiyán
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El presidente del parlamento de Costa de Marfil, Mamadu Kulibaly, aseguró ayer que «Vietnam no será nada en relación con lo que aquí vamos a hacer», en una clara advertencia a Francia, después de los combates que el sábado se saldaron con nueve soldados galos muertos. Kulibaly acusó a las tropas francesas de «ocupar» su país y criticó virulentamente al presidente francés, Jacques Chirac, al que acusó de «haber armado a los rebeldes», en unas declaraciones a la radio France Inter, del país europeo. También agregó que no se puede garantizar la seguridad de los franceses que viven en Costa de Marfil, donde se han radicalizado las protestas y los manifestantes trataron ayer de tomar el aeropuerto de Abiyán (la principal ciudad marfileña), desencadenando violentos enfrentamientos con las tropas galas. «Los jóvenes patriotas (parti-darios radicales del presidente Laurent Gbagbo) están por toda la ciudad. Han saqueado varios barrios y han tomado a los ciudadanos blancos como objetivo», declaró a la radio RMC un francés que se vio obligado a refugiarse en una empresa de jardinería. «Es horrible, tenemos miedo: hay niños, mujeres. No se puede hacer nada. Son centenas de miles», agregó. Numerosos extranjeros ame-nazados por los saqueos han sido agrupados en el acantonamiento de una unidad francesa en la ciudad, según anunció ayer un portavoz militar para quien la situación «no es fácil, pero está controlada». Precisamente, el primer ministro galo, Jean Pierre Raffarin, afirmó ayer que su país, «con el apoyo de la ONU, milita por la paz y está movilizado para defender el Estado de derecho en Costa de Marfil y evitar una guerra civil». La decla-ración llegó después de que Francia reforzase con unos 700 efectivos suplementarios el contigente de 4.000 soldados desplegado en su antigua colonia tras el ataque por bombarderos gubernamentales y los combates posteriores. En una visita al regimiento de Infantería de Carros de Marina de Poitiers, al que pertenecían cinco de los fallecidos, Raffarin expresó a los familiares su inmensa tristeza y la solidaridad de la nación. La legalidad Por su parte, el ministro de Exteriores francés, Michel Barnier, aseguró que la antigua metrópoli «no está allí para desestabilizar Costa de Marfil y sus instituciones o tomar partido». «Ante todo, nuestra preocupación es preservar la legalidad constitucional. No hay intención oculta», agregó en respuesta a las acusaciones de las autoridades marfileñas. A la reacción de Raffarin y Barnier se sumó la del ministro de Asuntos Exteriores holandés, Bernard Bot, cuyo país preside la UE y que exigió por teléfono al presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, que ponga fin a la violencia.

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