Seis geos viajan a la capital del país para asegurar la Embajada
Un avión militar intentará sacar a los españoles de Costa de Marfil
El ejército francés no logra llegar a las zonas donde varios extranjeros están aún encerrados
«Chirac asesino», podía leerse sobre un ataud en las protestas
«Que la embajada les diga a los españoles que se queden en sus casas. Que no salgan a la calle porque no vamos a poder protegerlos. Ha llegado la noticia de que los franceses han matado a otros cinco marfileños y la gente está más enojada que nunca. Hay problemas, muchos problemas». El escenario de Abiyán que el comisario de la policía urbana, Dosso Siaka, pintaba ayer por la tarde era preocupante, aunque también tenía un mensaje tranquilizador: «No hay noticias de linchamientos ni nada parecido. Ha habido saqueos, pero mientras la gente se quede en sus casas no creo que vaya a ocurrirles nada», explicaba. Mientras, el Ministerio de Exteriores de España anunciaba la salida de un avión militar y un equipo de seis geos hacia Costa de Marfil para evacuar a los españoles que lo necesitasen. La dificultad está en el traslado desde sus lugares de residencia a una zona segura de aquellos que lo precisen. El Ejército francés intentaba proseguir con las labores de rescate, pero estas avanzaban ayer a duras penas, debido a la gran cantidad de marfileños que protestan en las calles contra las operaciones galas. Así, varios españoles continuaban a última hora de ayer encerrados en sus casas por cuarto día, a la espera de que llegase la ayuda. El embajador español, Francisco Elías de Tejada, mantiene contacto permanente con ellos para conocer su situación y tratar de encontrar vías para evacuarlos. De nada han servido los llamamientos a la calma hechos por el Gobierno de Laurent Gbagbo, presionado por distintos organismos internacionales. Precisamente, el representante de la Unión Africana, el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, viajó ayer a Abiyán para entrevistarse con Gbagbo y exigirle una rápida solución al conflicto. Al mismo tiempo, los rebeldes acantaonados en el norte del país, pertenecientes a las Fuerzas Nuevas, emitieron un comunicado solicitando a la comunidad internacional que declare al presidente incapaz para dirigir Costa de Marfil y las agencias de la ONU requirieron al Gobierno que restablezca la electricidad en la zona insurgente para poder abastecer de agua a la población. El Consejo de Seguridad estudia posibles sanciones.