«El país se está radicalizando»

«Esto preocupa, claro que sí», atestigua Antonio Crespo. «El problema es que la gente está perdiendo el control», añade Anita van Derwel, tesorera de la Sociedad Lar Galego de Roterdam. La comunidad española de Holanda sigue con inquietud la ola de violencia desatada en el país tras el asesinato de Theo Van Gogh. La mayoría de los entrevistados considera que la creciente inseguridad ciudadana que se vive en los Países Bajos y la precaria integración social de los inmigrantes musulmanes, el 7% de la población del país, alimentaron este conflicto. Otros españoles, en cambio, urgen que las autoridades hagan un llamamiento a la «serenidad» para que no se agriete el tradicional modelo de tolerancia neerlandés. Así opina Evaristo Daporta, un cambadés residente en Amsterdam, quien considera que el asesinato de Van Gogh «fue tan sólo una excusa de una parte de la sociedad, la más conservadora, para sacar a flote todo su odio contra la comunidad islámica». Manuel Cabanelas, oriundo de Orense, preside el centro Airiños da Terra de Roterdam, adonde ancló su destino hace cuarenta años. «Algo de temor hay, porque antes Holanda era un país modelo e agora estase a radicalizar demasiado». Su esposa regenta un comercio en Beijerlandselaan, al sur de la ciudad. «Cuando de pequeños jugábamos a la pelota en la calle -narra Manuel-, yo era el único extranjero. Pero ahora puede haber un 70% de musulmanes». Antonio Crespo, jefe de soldadores de grúas en Roterdam, señala que los españoles están «bastante al margen» de este conflicto, porque es un colectivo «muy bien integrado». En cambio Anita van Derwel, esposa de un berciano, dice sentir cada vez más temor por la inseguridad ciudadana. Tanto que hay barrios, como Tarwewijk, «que no me atrevería a pisar jamás», asegura con toral convicción.