Diario de León

El hombre fuerte de la dirección palestina será Abú Mazén, que deja fuera a Hamás y a la Yihad

La ANP reparte el poder entre cuatro líderes en las últimas horas de Arafat

El Cairo prepara el funeral de Estado para el viernes aunque el «rais» será enterrado en Ramala

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Eugenio García Gascón - jerusalén
León

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La dirección palestina acordó ayer formalmente el reparto de las competencias que hasta ahora detentaba Yaser Arafat, quien en la práctica era una figura omnipotente que decidía hasta las cuestiones más ínfimas cuando lo consideraba oportuno. La decisiónn fue tomada horas antes de un nuevo agravamiento de la salud de Arafat, a quien al cierre de esta edición le funcionaba el cerebro sólo parcialmente debido a una hemorragia y le fallaban todos los órganos excepto el corazón y los pulmones. Como ya ocurría desde el traslado de Arafat a París, el hombre fuerte es Abú Mazén, a quien sus compañeros designaron ayer presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que es el órgano máximo y el que en realidad decide cuál debe ser la política del Gobierno y, en su caso, la política de negociaciones con Israel. Abú Mazén es el referente máximo y aunque no sea él personalmente el interlocutor aparente con los israelíes o con el resto de las fuerzas palestinas, tendrá la última palabra y nadie negociará nada sin su consentimiento. Abú Alá se mantendrá como primer ministro, un cargo para el que fue designado por Arafat. Será sin duda una figura visible, seguramente la más visible de los líderes palestinos, pero estará subordinado a Abú Mazén y en contacto permanente con él. Subordinados En teoría, aunque sólo en teoría, Abú Alá también estará subordinado al nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), otro de los cargos que desempeñaba Arafat, y que desde ayer ocupa Rawhi Fattuh, que también es el presidente del Parlamento. El nuevo cargo le corresponde a Fattuh por ley, ya que la Ley Básica, que hace las veces de Constitución, preveía que el presidente del Parlamento accediera directamente a la presidencia de la ANP en caso de defunción de Arafat. Sin embargo, la nueva posición de Fattuh es meramente simbólica, aunque en condición de presidente de la ANP participará con su voz en la toma de decisiones. Existe un cuarto personaje que desde ayer ocupa una posición simbólica. Se trata de Salim Zaanun, el presidente del Consejo Nacional Palestino, es decir del Parlamento del exilio, en el que están representadas todas las fuerzas políticas, incluidas las que no están presentes en el Parlamento de Ramala, aunque no los fundamentalistas. Precisamente, las organizaciones fundamentalistas se han quedado fuera del organigrama una vez más. Y no porque Hamás o Yihad Islámica no quisieran entrar, sino porque tanto Abú Mazén como Abú Alá han preferido, como era de esperar, relegarlas a las catacumbas políticas. La dirección palestina acordó celebrar elecciones en el plazo de 60 días, como exige la Ley Básica. No obstante, en medios políticos se considera que es difícil que los palestinos puedan votar en un plazo tan corto de tiempo puesto que la ocupación militar de Cisjordania y Gaza y los problemas internos juegan en contra. En consecuencia, el organigrama que se decidió ayer en la Muqata podría mantenerse durante un tiempo indefinido alegando que no se pueden celebrar elecciones. Israel podría facilitar o dificultar los comicios en función de sus propios intereses. La ANP aceptó ayer una oferta del Gobierno de Egipto para que el funeral de Estado tenga lugar en El Cairo, tras lo cual los restos del presidente palestino serán trasladados a Amán y de ahí a Ramala. «Pelea aferrado a la vida. Sólo aguardamos lo que decida el destino» LEILA CHAHID Delegada general de Palestina en Francia

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