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El político es un protegido del presidente Chirac por lo que se da por supuesto que no dimitirá

Barroso nombra comisario a un francés que ocultó su pasado penal

Los liberales piden abiertamente la dimisión del que será máximo responsable de Transportes en la UE

El comisario Jacques Barrot, en la Eurocámara

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Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

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Al portugués Jose Manuel Durão Barroso no le tocaron ayer precisamente la novena de Beethoven, el himno de Europa, para celebrar el estreno de su equipo de gobierno. El ambiente que rodeó al debut de la nueva Comisión Europea no pudo estar más emponzoñado, debido a la tormenta política desatada contra el comisario francés Jacques Barrot, encargado de Transportes, por haber ocultado una pena de prisión de la que fue amnistiado. Mientras Barroso se limitó «lamentar» lo ocurrido, grupos como el liberal exigen la dimisión del que también es uno de los vicepresidentes de Ejecutivo comunitario. Desde que el euroescéptico británico Nigel Farage recordó ante la Eurocámara el pasado penal de Barrot, éste sabe que ha sido tocado en plena línea de flotación. Pero se necesita mucha artillería para hundir a un comisario que lleva ya cinco meses en Bruselas, que goza del aval de Francia y del respaldo tácito de los grandes grupos político del Parlamento. El asunto Barrot de la discordia se trata de un caso de financiación ilegal del CDS, un partido de centro ya desaparecido, por el que el comisario de Transportes fue condenado en el año 2000 a ocho meses de prisión e inhabilitación especial. Nunca cumplió la pena, pues fue amnistiado por el presidente Jacques Chirac en virtud de una ley especial aprobada cinco años atrás. Esta ley, inédita en la mayoría de los países del entorno, prevé un lavado total de la imagen del encausado, hasta el punto de que su historial judicial queda tan limpio que el asunto ni siquiera puede ser citado en los medios informativos. Para Barrot, sin embargo, la ley tiene el inconveniente de que sólo es válida en Francia. Pero no en Bruselas. Este nuevo escándalo centró la agenda del fin de semana, motivando varias conversaciones entre Barroso y el presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, pues el máximo responsable de la Comisión se había comprometido día atrás a pedir la dimisión de un comisario si es reclamada por la mayoría de los eurodiputados. Por lo pronto, los jefes de los grupos políticos se reunirán el próximo jueves para analizar la situación, si bien un portavoz parlamentario predijo que «no habrá caso Barrot» o, lo que es lo mismo, el apadrinado por el presidente Jacques Chirac se queda en su puesto. O lo que es lo mismo, que no habrá dimisión.

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