| Crónica | Investigación en Naciones Unidas |
Annan, contra las cuerdas por los escándalos sobre su hijo
El secretario general de Naciones Unidas está dispuesto a investigar los supuestos pagos a su vástago por parte de una empresa sospechosa de corrupción en un programa de la ONU
El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, vive uno de sus momentos más difíciles al frente del organismo internacional. Acosado desde dentro y fuera de la organización, es blanco de críticas y personifica el descontento y la crisis de credibilidad que sufre desde hace meses la ONU. El último episodio afecta, además, a su hijo Kojo Annan. El pasado viernes se reveló que este último recibió retribuciones de la empresa suiza Cotecna hasta febrero del 2004, y no sólo hasta 1999, como ya se conocía a la luz de la investigación que se está llevando a cabo para aclarar el mayor escándalo de corrupción que ha golpeado a la ONU y que afecta al programa «Petróleo por alimentos» en el que participó Cotecna. El portavoz del secretario general, Fred Eckhard, informó en rueda de prensa que el abogado de Kojo Annan ha confirmado la nueva fecha, lo que significa que siguió recibiendo un sueldo de 2.500 dólares al mes después de que la compañía suiza obtuviera un contrato para participar en el programa especial, creado en 1996 para aliviar las sanciones económicas impuestas al régimen de Sadam Husein tras la invasión de Kuwait, en 1991. Sospechas Aunque en principio no habría nada ilegal en estos pagos, la nueva información señala que Kojo mintió en su relación con Cotecna, bajo sospecha de estar involucrada en el entramado de corrupción. Una versión que ha sido respaldada por el propio Kofi Annan en varias ocasiones, lo que arroja dudas sobre si éste conocía la verdad respecto al contrato de su hijo. «No se puede culpar al padre de los pecados del hijo, si acaso los hubiera», dijo el portavoz, quien indicó que los nuevos datos ya están en poder de la comisión de investigación independiente, nombrada por el secretario general y encabezada por el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Paul Volcker. Eckhard reiteró la voluntad de Annan de llegar hasta el fondo del asunto y de que no habrá impunidad para ninguno de los responsables e implicados en este escándalo. El programa «Petróleo por Alimentos» fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU y permitía al régimen iraquí comprar alimentos, medicinas y otros bienes a cambio de los ingresos que obtenía por la venta limitada de petróleo. Tras la invasión estadounidense, se destapó una compleja red de corrupción, gracias a la cual Husein se habría embolsado 21.000 millones de dólares, según una investigación paralela iniciada por el Senado de EE.UU. Pero el depuesto líder iraquí no fue el único beneficiado y se da por hecho que están también involucrados altos funcionarios de la ONU, además de gobiernos y empresas de varios países europeos, entre ellos Francia y Rusia, que recibieron estos contratos. Este es el último capítulo de una larga serie de recriminaciones y críticas dirigidas contra la alta dirección de Naciones Unidas, que atraviesa por una profunda crisis de confianza e identidad, con su reforma pendiente encima de la mesa. Hace dos semanas, Annan fue el blanco de la diana por exonerar a dos altos funcionarios del organismo acusados de acoso sexual y de favoritismo, lo que provocó que el sindicato de trabajadores de Naciones Unidas aprobara una resolución en la que le pidió más transparencia y rendición de cuentas.