El triunfo de Rania

La repentina destitución del príncipe Hamza como heredero al trono de Jordania es vista en Amán como un indicio claro de que Abdalá II quiere promocionar a su propio hijo, Huseín, quien ahora tiene 8 años. La caída de Hamza pone fin a una sorda pugna mantenida entre dos reinas, Rania, la esposa de Abdalá, y Noor, la última mujer de Huseín, por situar a sus vástagos en la línea sucesoria. Abdalá, de 42 años, depuso a Hamza, de 24, de su puesto de Príncipe Heredero, y no nombró a nadie en su lugar, pero no hay duda de que el movimiento del monarca es un modo de promover a su primogénito. La Constitución jordana limitaba la sucesión al trono al hijo mayor del rey, pero fue alterada en 1965, en época de Huseín, para permitir el nombramiento de su hermano Hasán como heredero. Hasán perdió su puesto en enero de 1999, tras una intriga palaciega en la que muchos vieron la mano de Noor, que logró al menos que su hijo Hamza fuera elevado a la categoría de segundo. La historia se ha repetido en este nuevo capítulo, en el que la perdedora ha sido la reina Noor -que guarda el título de reina por expreso deseo de Abdalá- en favor de la reina Rania, la nueva estrella ascendente en Amán.