La «revolución naranja» no se cansa

?a revolución naranja que encabeza el líder opositor Víctor Yúschenko aumentó ayer la presión sobre el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, para que destituya el Gabinete del primer ministro Víctor Yanukóvich cuanto antes. «Si es necesario, el pueblo ucraniano extenderá una orden de busca y captura contra Kuchma», afirmó ante miles de seguidores de Yúschenko el diputado Tarás Stetskiv, uno de los organizadores del plantón «naranja» en la plaza de la Independencia de Kiev, que ayer por la noche cumplió dos semanas. Por su parte, en lo que llamó «gesto de buena voluntad», el movimiento juvenil opositor Porá (Ya es hora) levantó ayer los piquetes que mantenía casi desde el comienzo mismo de la crisis junto a Koncha-Zaspa, la residencia campestre en la afueras de Kiev desde donde Kuchma intenta dirigir el país. Porá admitió que los piquetes han afectado a las casas de campo de otros altos funcionarios del Estado, como la del presidente de la Rada o Parlamento, Vladímir Litvín, por su proximidad a Koncha-Zaspa. El movimiento juvenil, en una declaración difundida por los medios locales, advirtió de que si Kuchma no destituye a Yanukóvich de la jefatura de Gobierno y a la Comisión Electoral Central, los piquetes se reanudarán hoy con renovada fuerza y con «formas de influencia civil que hasta ahora no se han utilizado» Stetskiv calificó de «inaceptable» la propuesta de Kuchma de aprobar en paquete la reforma política que recorta las facultades del jefe del Estado y aumenta las del Parlamento, y las enmiendas a la ley electoral para impedir un fraude en la nueva votación de la segunda ronda de los comicios presidenciales, el 26 de diciembre. El legislador, miembro del estado mayor electoral de Yuschenko, recalcó que la oposición está a favor de aprobar la reforma, pero siempre y cuando entre en vigor dentro de dos años, pues «hay que poner orden en el país». En ese mismo sentido se manifestó la diputada Yulia Timoshenko, copresidenta de la coalición opositora Fuerza del Pueblo, quien dijo que la reforma, tal y como la plantea Kuchma, priva al jefe del Estado de todos sus poderes y casi inmediatamente. «Entonces, ¿para qué elegir presidente?», inquirió la legisladora, una de la figuras influyentes en el entorno de Yúschenko.