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Aowell pide ayuda a los europeos en Irak y propone que la Osce supervise las elecciones

Estados Unidos inicia la mayor reforma de su espionaje en 50 años

Bush, que pidió varias veces que se agilizara el trámite, espera ratificar la ley sin oposición

Blair y Bertie Ahern reconocen ayer su fracaso en el Úlster

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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Después de más de dos semanas estancada en el Congreso, la reforma de los servicios de inteligencia estadounidenses más amplia y ambiciosa de los últimos 50 años está ya lista para ser firmada por el presidente George W. Bush. La reforma supone la reorganización más importante de los servicios secretos desde la creación de la CIA y superará el modelo diseñado en plena Guerra Fría, con el objetivo de prepararse para las nuevas amenazas del siglo XXI a partir de las lecciones aprendidas tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 y para evitar que ataques similares vuelvan a suceder en el futuro. En lo que es su primera vic-toria desde que fue reelegido el pasado 2 de noviembre, y en la última oportunidad para que saliera adelante antes del final de esta legislatura, la Cámara de Representantes aprobó el martes, por 336 votos a favor y 75 en contra, el esperado proyecto de ley. El Senado tenía previsto dar su visto bueno ayer noche para que antes del final de esta misma semana Bush estampe su firma y entre en vigor. «Estamos reconstruyendo una estructura que fue diseñada para un enemigo diferente en una época diferente, que no era lo suficientemente ágil para los nuevos desafíos», dijo la senadora republicana Susan Collins, presidenta del comité de Asuntos Gubernamentales, quien añadió que con la nueva legislación «nuestro país será mucho más seguro». El senador demócrata Jay Roc-kefeller acogió con satisfacción la noticia, pero destacó que si la reforma hubiera sido aprobada hace tres años «posiblemente hubiéramos tenido una oportunidad para no vivir la horrible experiencia del 11-S». Atras quedó la división vivida en las filas del Partido Republicano, después de que el influyente presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara, Duncan Hunter, manifestara su apoyo al texto una vez que se resolvieran algunas diferencias de lenguaje en torno a la autoridad del Pentágono y su papel bajo el nuevo esquema. Otras cuestiones delicadas, de las que algunos republicanos habían hecho su caballo de batalla, como lo referente a que la inmigración ilegal se dejara para más adelante, sirvió para allanar el camino. El presidente Bush había reiterado en los últimos días sus llamadas al Congreso para que lograra un acuerdo cuanto antes en un tema vital para la opinión pública estadounidense. Un portavoz de la Casa Blanca transmitió la satisfacción del presidente y confirmó que espera poder ratificar la nueva ley en los próximos días. También empujaron la refor-ma los miembros de la comisión de investigación bipartidista del 11-S, en cuyas recomendaciones se basa, y familiares de las casi 3.000 víctimas de los ataques en Nueva York, Washington y Pensilvania. A cambio de Oriente Medio El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, pidió de nuevo ayer a los europeos que se sumen a Washington en su ayuda para favorecer la democracia en Irak, al tiempo que reiteró que su presidente, George W. Bush, está dispuesto a implicarse más en Oriente Próximo. «Sé que algunas decisiones clave (del presidente Bush) durante los cuatro últimos años fueron controvertidas en Europa, sobre todo las decisiones sobre Irak», reconoció. Sin embargo, subrayó que a pesar de las diferencias sobre Irak, es el momento de mirar hacia adelante. «Tendemos la mano a los europeos y esperamos que ellos también nos la tiendan», declaró en un discurso en el German Marshall Fund en Bruselas.