La Unión Europea da el primer paso para levantar las sanciones a Cuba

El acuerdo todavía debe ser ratificado por el Consejo, pero si todo se desarrolla según el guión previsto por Madrid, es muy probable que el titular de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, o cualquier otro ministro de la Unión Europea, no tenga que aguardar demasiados meses para realizar un viaje oficial a La Habana. Los expertos del comité sobre América Latina propusieron ayer a los Veinticinco suspender las sanciones diplomáticas impuestas al régimen castrista en junio del 2003. La recomendación, que lleva el cuño del Gobierno español, levantó ampollas en las filas del Partido Popular. El comité sobre América Latina, en que están representados todos los países de la UE, analizó ayer el informe preparado por los embajadores de los Veinticinco en La Habana sobre la posibilidad de retocar las sanciones contra Cuba. Según fuentes diplomáticas, el texto destaca de manera especial las catorce excarcelaciones de presos políticos realizadas por el régimen de Fidel Castro en lo que va de año, entre ellas la del poeta Raúl Rivero, solicitada expresamente por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Gestos A la luz de este informe, el grupo de expertos propuso a la UE levantar las sanciones diplomáticas, aunque sólo de un modo parcial y provisional. «No es verdaderamente una suspensión de las medidas de junio 2003», se esforzaba ayer en aclarar un portavoz de la presidencia holandesa de la Unión, que insistía en que sólo se trata de «algunos gestos que tienen que ser decididos por los ministros». Efectivamente, el consenso al-canzado en el seno del Colat tiene que ser refrendado por el Consejo de Ministros de la UE para que tenga efecto, algo que se produciría a mediados de enero. Y en cualquier caso, el nuevo marco de relaciones europeas con Cuba sólo se mantendría hasta junio del 2005, pues en esa fecha habría que revisar las nuevas medidas o hacerlas permanentes. Las sanciones diplomáticas impuestas a Cuba en el 2003 se asientan sobre tres pilares. Primero, se suspenden las visitas de alto nivel de la UE a la isla; segundo, se restringen los actos culturales conjuntos y, tercero, las delegaciones diplomáticas de la UE podrían invitar a la disidencia cubana a recepciones oficiales, medida ésta que irritaba especialmente al régimen de Castro. Vuelta a La Habana Si la UE aprueba el nuevo formato de relaciones, se acabará con las invitaciones a los disidentes en las recepciones de las fiestas nacionales. Aunque tampoco se invitaría a los funcionarios del Gobierno cubano. Como alternativa, la Unión propone entablar un «diálogo reforzado con la oposición» a Castro, aunque no explica cómo. También se revisarían las demás medidas, lo que permitiría a los miembros del Gobierno de Zapatero viajar a la isla e incluso negociar la reapertura del Centro Cultural Español.