La larga marcha hacia Europa

Cuando los europeos se mataban entre sí en la Primera Guerra Mundial, Turquía todavía era un país gobernado por sultanes, donde se practicaba la poligamia o la lapidación pública. Y pese a que la patria de Ataturk no ha logrado erradicar del todo comportamientos que horrorizan al viejo continente, como la tortura o las pruebas de virginidad, lo cierto es que mucho se le tienen que torcer las cosas para que no se convierta en un socio más de la Unión Europea. Quizás en una década. 1 ¿Cuándo se originó la vocación europeísta de Turquía? Fue tras la revolución promovida por el general Mustafá Kemal Ataturk, fundador de la República turca en 1923, cuando este país giró su rumbo hacia Occidente. Turquía se convirtió así en un Estado laico, prohibió la poligamia y el velo islámico, concedió el voto a la mujer antes que muchos socios europeos e incluso sustituyó el calendario árabe por el gregoriano y adoptó el alfabeto latino. 2 ¿Cómo acogió Occidente las reformas turcas? Dándole la bienvenida al club. En 1949, Turquía fue aceptada en el Consejo de Europa, 28 años antes que España. Y también ingresó en el grupo de los países más desarrollados, la OCDE, cuando ésta se creó en 1961. Es miembro de la Otan desde hace medio siglo, equipos de fútbol como el Galatasaray o el Fenerbahce lucen en la Liga de Campeones y este año, sin ir más lejos, organizó el festival de Eurovisión. 3 ¿Puede considerarse a Turquía un país europeo? Depende. Sería más exacto definirlo como país euroasiático, pero es innegable que una parte de Turquía, en torno al 5%, está en Europa, al igual que las aspiraciones del país. El mero hecho de que la mayoría de su población esté en Asia no bloquearía la adhesión, pues también están en la Unión territorios americanos o africanos como la Martinica o Canarias. 4 ¿Cuándo llamó Ankara a la puerta de la UE? Casi desde que se fundó la CEE, en 1957. En 1963 firmó el acuerdo de asociación comercial, que ya preveía para Turquía la posibilidad de convertirse en socio de la Comunidad. España tuvo que esperar por un acuerdo similar hasta 1970. El estatus de país candidato lo recibió Ankara en 1999. 5 ¿Qué exige la UE para aceptarla en su seno? Estado de derecho, democracia, respecto de las derechos humanos y protección de las minorías. Estos son los cuatro criterios políticos que se fijaron en Copenhague, las condiciones que ha de cumplir cualquier país que desee entrar en la UE. Además, son de obligado cumplimiento dos criterios económicos, que consisten en garantizar la economía de mercado y la competencia. 6 ¿Cumple Turquía con estos criterios? No del todo, pero Bruselas cree que a medio plazo puede llegar a cumplirlos si el país aplica bien las reformas. Asuntos como la tortura, la opresión de las minorías, la corrupción administrativa, la influencia del poder militar sobre el político o la deficiente emancipación de la mujer son combatidos por la legislación turca, aunque las leyes no siempre se trasladan a las calles. 7 ¿Cuál es el verdadero problema de su adhesión? El tamaño del país, sin duda, que tendrá 90 millones de habitantes en el 2020, con lo cual sería el socio con mayor capacidad de decisión de la UE, por encima de Francia y Alemania. Además, la adhesión turca provocaría un gran impacto en las arcas europeas, pues equivaldría a la de los 10 países que ingresaron en la UE el pasado 1 de mayo. 8 ¿Puede entrar en la Unión Europea un país musulmán? No hay nada que lo impida, pues a medio plazo también está previsto que entre Bosnia-Herzegovina. Eso sí, Turquía estaría obligada a garantizar la libertad real de asociaciones religiosas y tendría que proteger a minorías como la judía (20.000 personas), o la cristiana, unas 70.000 personas, sobre todo armenios y griegos. 9 ¿Podría Chipre vetar el ingreso turco? En teoría, sí, porque las adhesiones deben decidirse por unanimidad. Pero en la práctica sería muy difícil ejercer ese veto sin el respaldo de los grandes países. La solución de compromiso que están negociando los Veinticinco es que Turquía empiece a negociar, pero a condición de que reconozca al Gobierno grecochipriota de la isla. 10 ¿Sería posible darle a Turquía el estatus de «socio privilegiado»? Francia abandera esta posición, que llevaría a Turquía a beneficiarse de todas las políticas comunitarias, incluso de los fondos de cohesión, pero sin capacidad de decidir sobre ellas. El problema es que el Gobierno de Ankara recela de este «despotismo ilustrado» y no quiere convertirse en una especie de Puerto Rico europeo. 11 ¿Qué puede aportar el pueblo turco al europeo? Básicamente dos cosas: mercado y poder geoestratégico. Por un lado, la industria comunitaria contaría con 70 millones más de consumidores preferenciales y, por el otro, la UE estaría mejor situada para controlar las fuentes energéticas de la región del Cáucaso. Además, el hecho de que Turquía comparta fronteras con Siria, Irak e Irán le daría a la Unión la oportunidad de influir más en una región crucial para la estabilidad internacional.