Los atentados se cobran la vida de 14 iraquíes, entre ellos toda una familia
Las fiestas de Navidad no han marcado un momento de tregua en Irak, donde ayer fallecieron 14 personas, entre ellas un responsable de un partido nacionalista y dos funcionarios de la Defensa Civil. El suceso más sangriento ocurrió en la tarde de ayer en la ciudad santa chií de Kerbala, donde siete miembros de una misma familia murieron en una explosión que destruyó su casa, según anunció la Policía, estimando que la deflagración fue provocada por una bomba. «La familia se había instalado en la casa del barrio de Askari hace dos semanas», declaró Rahman Mechari, portavoz de la policía de esta ciudad situada a un centenar de kilómetros al sur de Bagdad. Añadió que otra bomba, intacta, con un sistema de activación, fue encontrada y desactivada en los alrededores de la casa. Supervivientes Dos miembros de la familia sobrevivieron a la explosión: una niña de siete años que se encontraba fuera de la casa y una anciana levemente herida, según la Policía, que ha abierto una investigación para determinar si la explosión está ligada a la ola de violencia que ha afectado recientemente a la ciudad. En Mosul, en el norte de Irak, tres soldados estadounidenses resultaron heridos y un vehículo quedó destruido por la explosión de una bomba artesanal, según indicó el Ejército norteamericano. Una base militar estadounidense en esta ciudad chií fue blanco el martes de un atetando suicida que dejó 22 muertos, entre ellos 18 norteamericanos, de los que 14 eran soldados. Ansar Al Sunna, grupo vinculado a la red terrorista Al Qaeda que reivindicó el ataque contra la base militar, divulgó ayer detalles del mismo y reveló la identidad de su autor. En un vídeo divulgado en la página web del grupo se muestran imágenes de una explosión que se produce en la que parece ser la base estadounidense atacada en Mosul. El vídeo muestra un supuesto plano de la base y un individuo que lo va analizando bajo una voz «en off». Mientras, cerca de Bagdad, el responsable político Abdel Hussein resultó muerto a manos de desconocidos, según indicó el jefe de su formación, el Partido Demócrata de la Nación Iraquí (PDN). También en la capital, un coronel y un empleado de Defensa Civil murieron después de que hombres armados abrieran fuego contra ellos, mientras que un guardia nacional falleció y un responsable local fue secuestrado en horas de la noche. En Baiji, 200 kilómetros al norte de Bagdad, un hombre y su hijo perecieron por la explosión de una bomba en una carretera, mientras que un chófer de un camión turco fue abatido por hombres armados, según la Policía local.