Yanukóvich impugnará las elecciones aunque perdió por 2,5 millones de votos

Los casi dos millones y medio de votos de ventaja que le ha sacado el recién elegido presidente de Ucrania, Víktor Yúschenko, a su adversario, el ex primer ministro, Víktor Yanukóvich, en la tercera vuelta electoral del domingo dan idea de la envergadura del pucherazo perpetrado en los comicios del pasado 21 de noviembre, anulados finalmente por el Tribunal Supremo del país gracias a la presión popular. En aquella ocasión fue Yanukóvich el que se proclamó vencedor con una diferencia por delante de casi 900.000 sufragios. Las cosas han quedado claras pero, para salvar la cara, Yanukóvich ha decidido ser ahora quien impugne los resultados de las elecciones. Néstor Shúfrich, representante ante la Comisión Electoral Central del jefe del Gobierno ucraniano, cuyos días en el puesto están contados, anunció ayer que los comicios serán recurridos ante el Tribunal Supremo por las «irregularidades sistemáticas» que, según él, tuvieron lugar durante la jornada electoral del domingo. Alegaciones falsas El principal argumento que se esgrime para intentar la anulación de las elecciones consiste en que, al parecer, alguien introdujo en las urnas un millón y medio de papeletas falsas de ucranianos residentes en el extranjero mientras otro millón y medio de personas no pudieron acudir a votar por incapacidad física. Todas las alegaciones han sido puestas en duda por la Comisión Electoral Central y por los observadores internacionales. «La elección del pueblo ucraniano fue clara y democrática», afirmó Tadeusz Iwinski, cabeza de la misión de observación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Bruce George, coordinador de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (Osce).