Los organismos internacionales, que esperan más de cien mil víctimas, alertan sobre la aparicición de epidemias
Asia se enfrenta a una catástrofe de 24.000 muertos y 30.000 desaparecidos
«Temo que la tragedia supere las 100.000 víctimas». Así de contundente se mostró ayer el coordinador de la Unión Europea de las intervenciones de emergencia en Tailandia, el italiano Guido Bertolaso. Por el momento, a la espera de que las labores de rescate entre los escombros permitan hacer balance, más de 23.600 personas han muerto y varias decenas de miles están desaparecidas debido al impresionante sismo que azotó el domingo a ocho países del sudeste asiático. El macabro cómputo podría aumentar dramáticamente puesto que sólo en las islas indias Andamán y Nicobar no hay noticias de 30.000 habitantes, después de que cinco ciudades de este archipiélago fueran arrasadas por los maremotos, según anunció una fuente oficial. La vicecoordinadora de emergencia de Naciones Unidas, Yvette Stevens, no dudó al afirmar que «jamás había ocurrido una catástrofe de esta amplitud». La tragedia está abalada por las cifras: «Hay un millón de personas desplazadas en Sri Lanka, 29.000 en Tailandia y aproximadamente mil en la India», señaló la portavoz de Cruz Roja Marie-Françoise Borel. La ONU envió equipos de salvamento y advirtió que cientos de miles de personas en las áreas costeras corren altos riesgos, debido a la posibilidad de nuevos maremotos y epide-mias, en momentos en que sus medios de subsistencia (pesca y agricultura) desaparecieron. El peor en cien años El sismo, que alcanzó los 9 grados de magnitud en la escala de Richter y podría convertirse en uno de los más mortíferos de los últimos cien años, desató una sucesión de maremotos con olas de 10 metros de altura que dejaron bajo las aguas miles de kilómetros de costa. Las olas gigantes recorrieron 7.000 kilómetros e, inclusive, llegaron a África, donde azotaron las costas de Kenia y Somalia, al tiempo que afectaron a las islas Mauricio, La Reunión y Seychelles. A su llegada los equipos de salvamento se toparon con escenas de terror en las zonas costeras de Sri Lanka, India, Indonesia y Tailandia, los países más afectados de la región, donde miles de cadáveres aún están desperdigados por las calles y poblaciones enteras fueron tragadas por las olas gigantes. Cientos de barcos, helicópteros y aviones de socorro fueron movilizados para evacuar a los miles de turistas varados en los balnearios de la zona y trasladar a las víctimas a los hospitales, repletos de heridos. Entre los datos que se manejaban a última hora de ayer, Sri Lanka y la India fueron los países más afectados, con balances de 10.897 muertos y 6.597, respectivamente, mientras la cifra ascendió a 4.725 en Indonesia. Una muralla de agua Entre los casos más graves, el vivido en este último país, donde la provincia de Aceh fue barrida por una muralla de agua gigante, que dejó al menos 4.725 muertos y miles de desaparecidos. Numerosas organizaciones no gubernamentales, al igual que los gobiernos europeos, y de países como Australia, Rusia y Estados Unidos, se han movilizado para recaudar fondos y muchos han enviado ya equipos de salvamento y suministros a las zonas más afectadas.