Diario de León
Publicado por
Beatriz Lecumberri - ramala
León

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Si Abú Mazén quiere pasar a la historia como el presidente palestino que impulsó la paz con Israel deberá negociar al mismo tiempo con el Estado hebreo y con los grupos más radicales, que no le permitirán renunciar a las aspiraciones históricas del pueblo. Reformar los servicios de seguridad, volver a la mesa de negociaciones, controlar la resistencia armada, crecer como interlocutor frente a la comunidad internacional y al mismo tiempo «aliviar el sufrimiento de los palestinos», son los desafíos del nuevo rais que exigirán diplomacia, habilidad y perseverancia. Pero antes de sentarse a ne-gociar con Israel, el sucesor de Yaser Arafat deberá poner orden dentro de casa. El nuevo rais ha garantizado que tiene los medios para que los radicales interrumpan sus ataques a Israel. Por ahora, los mismos radicales que recibieron a tiros a Mahmud Abas en Gaza en noviembre, días después de la muerte de Arafat, aseguraron que cooperarán con él. Para cualquier diálogo con la Autoridad Palestina, Israel exige que ésta controle «el terrorismo», condición que hizo que las negociaciones con Arafat entraran en un callejón sin salida hace meses. Los servicios de seguridad El nuevo rais también deberá hacer frente a la renovación de los servicios de seguridad palestinos. «Cuando Abas hablaba de seguridad para los ciudadanos palestinos durante su campaña, no se refería sólo al conflicto con Israel sino a la anarquía de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina», estimó el analista israelí Danny Rubinstein. Estos servicios, fragmentados, ineficaces y corruptos, fueron el motivo principal de la dimisión de Abas como primer ministro en el 2003, ya que Arafat no le daba el poder suficiente para controlarlos. Para los ciudadanos, antes de empezar a dialogar la paz con Israel, es preciso que paren las incursiones del Ejército, des-aparezcan los retenes en las carreteras y se libere a los presos políticos.

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